Capítulo 4

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Narrador omnisciente

Era sábado y Harry y Louis se estaban preparando en sus respectivas casas para su primera cita. Decir que estaban nerviosos era poco. Harry quería que todo salga bien y esperaba que el omega de Louis también sintiera aquello que su alfa sintió.
Faltaba media hora para la hora acordada, así que Harry decidió ir saliendo para llegar a tiempo a la casa de Louis. Habían hablado anteriormente por mensaje y se notaba muy emocionado.
Cuando llego a la casa del castaño se sorprendió al ver el bonito jardín delantero con unas hermosas flores, pero también se lamento de no haber pensado en llevarle un presente al omega, lo cual ya no había marcha atrás porque Louis iba saliendo de su casa.
Nunca creyó que el omega se podía ver mas bonito que todos los días, pero se equivocó, porque lo que veían sus ojos en este momento era lo mas alucinante que alguna vez vio en su vida. Louis portaba un lindo traje azul que se amoldaba perfectamente a su cuerpo, cosa que tenia al alfa babeando, pero lo mas importantes es como resaltaba sus ojos, sus preciosos ojos celestes.
En cuanto Louis subió al auto, Harry pudo sentir su dulce aroma y no podía estar más agradecido por eso.
Fueron a un restaurante en medio de la ciudad, Louis se sorprendió que el alfa lo llevara a un lugar tan lujoso. Ambos lo pasaron estupendo, hablaron de su vida y otras cosas no tan importantes.
Esa noche tuvieron su primer beso, el primero de muchos. Pasó cuando Harry fue a dejar al omega a su casa, estaban tan nerviosos, pero el alfa se animó y dio el primer paso. Agradeció cuando Louis le correspondió aquel beso, y cuando se separaron por falta de aire, ambos vieron el brillo en los ojos del otro.
Harry no podía estar más feliz aquella noche.

Pero lo que no sabía, es que Louis no estaba siendo del todo sincero. Había un secreto que le podía costar la vida, o mejor dicho, su libertad.

Un Omega - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora