Capítulo 10 - Final

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Narrador omnisciente

7 meses habían pasado desde que se enteraron que iban a ser padres. Harry le hablaba todos los días sin falta a su cachorra, si, una niña. Los ojos del alfa brillaban cada vez que llegaba a casa con su familia. Hasta que un día todo cambió.

Estaba en su segunda clase del día, su omega estaba en casa y no había parado de tener un mal presentimiento desde que se fue en la mañana.
Trató de no darle importancia, pero le era imposible. Al finalizar las clases pasó a comprar unas lindas flores para su amado, quien se había estado comportando raro hace unos días, pero supuso que era por el embarazo. Pobre alfa, realmente no tenia idea.

Cuando llegó a su casa, el mal presentimiento volvió, haciendo que entre rápidamente.
- LLEGUÉ! – avisó a su omega mientras dejaba sus cosas. Le pareció raro que no conteste, ya que siempre lo recibía con una hermosa sonrisa. Se dirigió hasta la cocina y lo vio de espalda. Quiso abrazarlo, pero cuando quiso avanzar lo vio. Su omega tenia un arma junto a él. No lo podía creer. ¿Qué hacía con eso? Se podía lastimar.
- Lou? – preguntó dudoso – que haces?
- Hola mi amor – recalcó el omega. Cuando se dio vuelta Harry vio una sonrisa extraña. Él no era su omega, de quien se enamoró. Tenia una sonrisa que le puso la piel de gallina – al fin llegas – agarró el arma.
- Lou? ¿Qué haces con eso? Te podés lastimar, soltalo – alargó su mano hacia el castaño, pero rápidamente este lo apuntó haciendo que de un paso atrás.
- Te importa si me lastimo? – preguntó sacando el seguro al arma.
- Q-que? Claro que sí. Louis por favor, deja eso. No es broma.
- O si no, ¿qué? – rió sínico.
- Louis por favor. Te vas a lastimar, vas a lastimar a nuestro bebé, dame eso por favor – rogaba el alfa. Louis simplemente agarró un cuchillo de la mesada sin dejar de apuntar al alfa.
- Cual bebé? ¿Este? – acarició su barriga con el cuchillo.
- Louis por favor. ¿Qué haces?
- Ay Harry, Harry. ¿Nunca te diste cuenta?
- D-de que cosa? – murmuró nervioso.
- Realmente nunca reconociste mi olor? Pensa un poquito alfa.
- No entiendo Louis. Por favor deja esas cosas y hablemos en paz – trató de acercarse, pero paró cuando el omega amagó en hacer presión en su abdomen con el cuchillo.
- La chica rubia, muerta en su baño. ¿Realmente pensaste que se mató? – volvió a reír sínicamente.
En ese momento el mundo de Harry cayó, sabía que en algún lado había sentido ese aroma antes. Cuando fue a la casa de su novia luego de que sus padres lo llamaran para darle la mala noticia, percibió un aroma que no era de la omega ni de sus papás, pero jamás imaginó que Louis tenía algo que ver con aquello.
- V-vos la... vos la mataste? – preguntó cayendo en una silla – p-pero ¿Por qué?
- Estaba con mi alfa, y pensabas marcarla. No podía permitir eso – contestó enojado.
- No entiendo. ¿Me conocías?
- De verdad no te acordás de nada, wow. La universidad, tuvimos clases juntos. Desde el primer momento que te vi, supe que eras mi alfa, pero NUNCA – gritó el omega apuntando de mas cerca al alfa – nunca me volteaste a ver, todo por estar con esa... esa zorra – murmuró enojado.
- Yo, nunca lo sentí – murmuro perdido – lo siento Louis, de verdad lo siento. Pero ahora estamos bien, estamos juntos, por favor baja eso.
- No funciona así alfa. Verás, cuando me enamoro, quiero TODO de esa persona, Harry, absolutamente todo. Pero al saber que eras mi destinado, simplemente no lo pude hacer.
- Hacer qué? – empezó a temer por su vida.
- Alguna vez leíste el caso del alfa y el cachorro que fueron asesinados por su omega? – preguntó cambiando de tema.
- S-si, el que encontraron al alfa y al bebé sin algunos de sus órganos, incluso algunos estaban masticados. Pensaron que fue el omega, pero jamás lo... - lo miró – jamás lo encontraron – completó – fui-fuiste vos – afirmó el alfa asustado,
- AL FIN! Tengo un alfa muy inteligente – le sonrió, y no era una sonrisa bonita.
- Louis por favor, no tenes que hacer esto – dijo levantándose de la silla.
- Pero quiero – y se clavó el cuchillo en el abdomen, haciendo que el alfa grite su nombre desesperado – te amo Harry – finalizó para luego apuntar el arma a su propia cabeza y disparar.

El alfa estaba en shock. Su omega, el amor de su vida estaba loco, se acababa de matar, llevándose también a su cachorro. No lo podía creer.
Cayó de rodillas al piso, arrastrándose como pudo hacia el omega quien yacía tirado en el piso. Lo abrazó y empezó a llorar. Lloró como nunca lo había hecho. Los vecinos habían llamado a la policía al escuchar su grito y un disparo.
A lo lejos se podía escuchar las sirenas, pero él ya no sentía nada.
No sintió cuando los oficiales lo levantaron, no sintió cuando lo esposaron, tampoco sintió nada cuando fue sentenciado a muerte por doble asesinato.
Su omega estaba muerto y se había llevado su vida con él.

Por culpa de un omega había perdido todo lo que alguna vez deseó, había perdido su libertad.

FIN

Un Omega - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora