Capitulo 23: Somos iguales.

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Taeyong estaba frente al departamento de sus mejores amigos, Ten y Sicheng al ser estudiantes de otros paises, decidieron compartir hogar hasta que el futuro deparara algo diferente

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Taeyong estaba frente al departamento de sus mejores amigos, Ten y Sicheng al ser estudiantes de otros paises, decidieron compartir hogar hasta que el futuro deparara algo diferente. Para el modelo esa era la opción más viable siendo casi las doce de la noche. Ir a la casa del Ceo le haría más daño mental, sólo necesitaba descansar un poco.

Ten en pijama y arreglándose el cabello abrió la puerta de su departamento algo asustado, pero se preocupo inmediatamente al ver a su mejor amigo llorando y con una maleta en sus manos.

—¡Sicheng!—gritó el tailandés fuerte, tomó la mano de Taeyong y le hizo ingresar al lugar, Lee entró junto a su maleta, se quitó sus zapatos y Ten cerró la puerta para que ambos caminaran hasta el sofá.

—¿Taeyong qué pasa?—le preguntó Ten con expresión asustada, viendo a su amigo llorar, escondiendo su cabeza entre las rodillas.

—¿Qué pasa?—consulto Sicheng bostezando, corriendo hasta el sofá también al notar que su otro amigo estaba allí.

—Yongie, háblanos por favor.—insistió el tailandés.

—Mi mamá me echó de la casa.—soltó Taeyong débilmente, ya un poco más tranquilo. Ambos amigos le miraron incrédulos.

Sabían que la confianza y amor que se tenían Rhea y Taeyong era única, pocas madres e hijos conectaban tan bien, obviamente les iba a sorprender lo que su amigo les estaba diciendo, era casi imposible.

—¿puedo quedarme un tiempo con ustedes? Prometo pagar la renta también.—les dijo Taeyong limpiándose las lágrimas con el borde de su sudadera.

—Por su puesto ni lo preguntes.—le respondió Sicheng acariciando su cabello, Ten asintió estando de acuerdo.

—¿Por qué la señora Lee hizo eso? ¿Tienes ganas de hablarlo?—preguntó Ten tomando la mano de su amigo para darle cariñitos.

—Si, se los voy a contar todo, porque ya no aguanto más.—Dijo Taeyong mirando a sus amigos, les tenía mucha confianza.—Pero por favor no me juzguen ni se lo digan a nadie más, por favor.

—Lo prometo.—contestaron al mismo tiempo los otros dos.

—¿Es algo muy fuerte? Digo, para abrir el whisky.—murmuró Ten, provocando al fin, que una pequeña sonrisa se asomara en el rostro de Taeyong.

—Buena idea.—Concordó el modelo rubio, un trago le haría bien para poder soltar la lengua.

Ten fue hasta el bar de la sala, saco tres vasos, a  cada uno le puso un hielo para luego abrir la botella del whisky y servirla en los vasos. Se los entregó y bebieron el primer vaso de un tirón.

Ahora Taeyong se sentía listo.

—¿Recuerdas cuando te lesionaste el pie y me pediste llevar tu licencia a Balenciaga?—habló Taeyong hacia Ten, quien ya servía el liquido en los vasos nuevamente.

Amor al estilo 𝐵𝒶𝓁𝑒𝓃𝒸𝒾𝒶𝑔𝒶 - JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora