Capítulo 9

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Xie Lian tomó un trozo de pan de la cocina y se marchó a la escuela, había acordado encontrarse con Hua Cheng en el salón de clases, no sabía si su tío podría estar vigilando de camino a la escuela.

Durante su recorrido no había dejado de pensar en la noche anterior, realmente ellos habían dormido en la misma cama, su cara era todo un poema, de paso San Lang era menor que él pero lucía tan alto y guapo, aparte de inteligente, se preguntaba qué había hecho para merecer el cariño de alguien así... Realmente sentía que estaba viviendo un sueño.

Al llegar a clases trató de actuar con normalidad, saludó a Hua Cheng como siempre, de inmediato Feng Xin y Mu Qing se acercaron a él.

—Debemos hablar contigo.

Xie Lian suspiró y acordó verlos en el descanso. En cuanto terminó la clase ambos aparecieron.

—Puedes pedirle que se vaya —dijo Mu Qing fastidiado de que Hua Cheng siguiera a un lado de Xie Lian.

—Me quedaré aquí con gege.

—No tardaré, lo prometo.

Los compañeros salieron del salón para comprar el almuerzo y sólo quedaron ellos cuatro.

Hua Cheng se levantó y se paró en la otra esquina del salón. Era lo más lejos que se permitiría estar de Xie Lian.

Feng Xin vio que no lograrían nada, así que habló.

—¿Por qué sigues con él si viste el mural? —dijo Mu Qing sin poder creerlo.

—Porque es mi amigo.

—Está loco, tiene una obsesión por ti. Lo investigamos, incluso adelantó grados por ti. ¿Recuerdas al loco que le daba corazón un millón de veces a tus fotos? Revisamos el perfil, estamos seguros de que también era él.

—Eso fue hace mucho —Xie Lian estaba avergonzado. No quería que hablaran así de Hua Cheng, realmente le gustaba y le emocionaba saber que sus destinos estaban unidos desde hace tiempo.

—Ven con nosotros, los chicos están dispuestos a recibirte si te alejas de Hua Cheng. Sería como antes. Serías popular —dijo Feng Xin con insistencia.

—Es que... no quiero volver. Me gusta así. Hua Cheng es sincero, no me esconde nada.

—Y ustedes lo dejaron solo. Eran sus amigos y en cuanto tuvo problemas lo dejaron.

Sabían lo que pasó y lo dejaron solo. —dijo Hua Cheng interviniendo, no podía soportar sus mentiras.

—No es así, nadie sabía.

—¿De qué hablas? ¿Tú que sabes de nuestros problemas? —dijo Mu Qing

—Sé que cuando te pidió una oportunidad dejaste que todos lo humillaran. —dijo Hua

Cheng señalándolo —y tú, no eres mejor. Incluso tenían una pulsera de amistad y en cuanto dejó de ser amable porque se sentía mal, lo dejaste atrás.

—Si se la daba también habría sido expulsado del grupo. Todos creían que se había robado el dinero del festival ¿Cómo iba a apoyar a un supuesto ladrón? —dijo Mu Qing

—Debiste apoyarlo porque no era un ladrón.

—¿Entonces también debía quedarme como su amigo cuando me gritaba y decía que no quería verme? —dijo Feng Xin con molestia.

—No sabes lo que estaba pasando. Sus padres...

—No importa, no importa, todo está bien ahora —dijo Xie Lian tratando de calmar todo. Sólo déjenme con San Lang, estoy bien ahora.

Herencia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora