Dos 🐺

328 54 14
                                    

Pasaron algunas semanas en donde Dongmin seguía ahorrando dinero, pero nada parecía ser suficiente. Estos días eran algo abrumadores para el mayor, ya que se acercaba el fin de mes.

Solo significando que tenía que pagar el arriendo del pequeño apartamento, que consistía en dos habitaciones, un baño y una pequeña cocina, obviamente, tampoco podía olvidar pagar la guarderia en la que se quedaba Minho cuando estaba en sus horas de trabajo.

Trabajo horas extras, pero no era suficiente dinero, se estaba poniendo ansioso, tenía miedo, quería darle una vida feliz Minho, en donde le pudiera dar juguetes y pasar junto a el todo el día, sacándole sonrisas.

Se sentía mal padre.

Dongmin salió de sus pensamientos cuando escucho que tocaron la puerta de su apartamento, camino rápido para abrir la puerta.

Una señora de una edad un poco avanzada, quien mantenía una postura recta y con un rostro que el omega no supo descifrar.

-Buenas tarde Señor Lee -hablo la beta

-buenas tarde, ¿En que la puedo ayudar? - Dongmin sabía quién era y para qué venía, cada semana llegaba a reclamar.

-me gustaría hablar un poco en privado, dentro de su apartamento.

-claro, adelante -abrió la puerta completamente cediéndole el paso, ya estando adentro, la omega miraba el interior del lugar con una cara de disgusto.

-Señor Lee iré al punto, me está debiendo dinero, ya van tres meses atrasado y no se si deba seguir aquí usted, otra familias también quieren un hogar -hablo de forma directa la mujer, sin ninguna pizca de pena.

Bajo la cabeza un poco avergonzado, sabía que debía dinero, lo admitía, pero tampoco es como si tuviera mucho.

Nunca pudo terminar sus estudios, entrar a la universidad mucho menos, por lo que le dificultaba encontrar un trabajo estable. Un omega inservible, así fue como muchas personas lo nombraron.

-Este mes juro pagaré -murmuro un poco apenado.

-Lo siento Lee, ya te he dado tres meses y no has pagado absolutamente nada, te doy solo dos semanas -dicho esto se retiro del lugar.

-papi -detrás de él se escucho la voz de su hijo, quien venía algo adormilado y con su pijama de dinosaurio.

Se dio la vuelta para ver como tenía sus ojitos llorosos y su cabello todo despeinado.

-mi bebé, ¿Qué pasó? - Dongmin preguntó preocupado, mientras lo cargaba y este se acurrucaba en él

-sueño malo -fue lo único que dijo.

-tranquilo papá está aquí, siempre te protegerá -acaricio la espalda del menor lentamente para que esté volviera a cerrar sus ojos.

-papi está triste, se siente en tu aroma -hablo el pequeño, mientras se empezaba a dormir nuevamente.

-estoy bien cachorrito, vuelve a dormir -sonrió triste, sabía que estaba entrando en una pequeña depresión, no lo admitiría en voz alta, pero también se estaba dando cuenta que estos días ha estado perdiendo bastante peso por las horas extras de trabajo.

Dongmin no lo hacía intencionalmente, pero prefería que Minho crezca sano y fuerte.

Llevo a Minho a su habitación para dejarlo recostado en su cama y taparlo bien con las sabanas, por último, le dio un beso en su mejilla y se retiro de aquella habitación.

Se acostó en su cama abrazando una de las almohadas, para finalmente romper en un llanto silencioso.

Tenía miedo de perder todo lo que había conseguido con su propio dinero, quería ser un padre fuerte, un ejemplo para el menor, no quería que Minho sufriera las consecuencias tan joven, sólo era un bebé. Su bebé.

Empresario - chackyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora