Cinco 🐺

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Una semana se cumplía desde que despidieron a Dongmin de su trabajo, a pesar de eso, seguía enviando a Minho  a la guardería para que este no sospechara nada.

El dinero se iba acabando poco a poco y Dongmin desde el primer momento que lo despidieron trato de encontrar trabajo en otros lugares, en la mayoría decían que los cupos estaban llenos, otros simplemente decían que no podía trabajar ahí, suponiendo de que no tenía la suficiente fuerza y era omega.

Como detestaba a la jerarquía de su país.

Se levanto de su cama al ver que ya era la hora de ir a buscar a Minho, sino fuera que al levantarse muy rápido, su cabeza dio todo vuelta, tambaleándose con sus propios pies se apoyo a la pared más cercana para evitar caerse al piso.

Se reprendió internamente al levantarse muy brusco, con un poco de dificultad, el omega se dirigió hacia al baño para tomar un par de medicamentos y esperar unos breves minutos para que se sintiera mejor.

Dongmin salió de su hogar cerrando con llave, seguido de esto, se encamino hacia las escaleras, había elevadores, pero desde hace mucho que habían dejado funcionar por lo que era obligatorio bajar las escaleras.

El omega al salir completamente de aquel lugar pudo observar como las calles estaban descuidadas, algunas casas eran demasiado antiguas por lo que la gente ya no habitaba ahí, la vegetación era casi nula, raramente se veían flores o algún árbol.

Por la noche era mucho peor, literalmente el lugar se veía tenebroso y lo mejor para todos, era resguardarse en sus hogares.

Ya estando al frente de la guardería, Dongmin se quedo esperando un par de minutos en la entrada. Al localizarlo, pudo ver en cómo Minho ya se dirigía hacia él.

—Cachorro hoy vamos a ir al parque.

—Siii —levantó ambos bracitos en modo de festejo.

—ven, apurémonos antes de que anochezca —con cuidado el mayor tomo la manito del menor y empezaron a caminar hacia el parque más cercano que quedaba a menos de cinco minutos.

Al llegar soltó a Minho y dejo que jugará mientras el solamente se sentaba en un banco y se dedicaba a vigilarlo.

Paso un buen tiempo metido en sus propios pensamientos hasta que volvió a la realidad, observó en como el cielo ya se estaba oscureciendo y un poco nublado, quizás en unos pocos minutos se pondría a llover

Con la mirada empezó a buscar a Minho, una vez que lo encontró, el menor se encontraba riendo junto con otros niños, al menos el todavía era feliz.

El omega camino hacia él y le avisó que tenían que irse, obviamente el pequeño empezó con un berrinche.

—te prometo que cuando lleguemos a la casa comeremos algo calentito, te daré muchos mimitos y te leeré un cuento muy bonito — Dongmin acarició su mejilla con cariño, al menos con esas simples palabras logro convencerlo.

—bien, tenemos que apurarnos ante de que empiece a llover —el mayor sonrió tiernamente, daría lo que fuera para ver esa sonrisa todos los días.

Llegaron justo a tiempo cuando empezaron a ver como las gotas caían violentamente. Dongmin busco la llave en su bolsillo del pantalón, al encontrarla, se dedico a abrir la puerta y dejo que el menor entrará pero nuevamente el dolor punzante llegó a su cabeza, siendo que esta vez fuera mucho más fuerte.

De forma rápida callo en el piso, cerrando sus ojos en el proceso, todo su alrededor estaba dando vuelta y su vista se empezaba a nublar.

—papi nunu —se escucho la voz preocupada de su bebé.

—Min..Minho ve... a buscar ayu.. da —su respiración se estaba entrecortado por la falta de aire, trataba de mantenerse despierto, pero simplemente su cuerpo no duró más.

Estaba tan destruido.

Solo era un patético omega.

Empresario - chackyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora