Seis🐺

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A pasos lentos Minhyuk caminaba en los pasillos blancos del hospital, hace pocos minutos había terminado la revisión que se hacía cada mes, en donde siempre le decían que estaba con una excelente salud.

Al doblar en un pasillo el alfa paro en seco al ver una máquina de dulces, quizás tenía 22 años pero en su defensa el también tiene sus necesidades, además, su hermano Mj todavía le decía que era su pequeño hermanito a pesar de tener una gran cantidad de músculos en los brazos.

Al llegar hasta aquella máquina, Minhyuk deposito dinero y apretó el botón para que saliera la bolsita de gomitas.

Ya en sus manos, comenzó a caminar hacia la salida mientras abría la bolsa de gomitas y se las llevaba gustosamente a su boca. Su atención se dirigió hacia un pequeño niño quien estaba hecho bolita en su asiento mientras podía escuchar como estaba sollozaba.

Frunció su ceño al ver que estaba solo, ¿Dónde estaban sus padres?, El alfa estaba curioso y quizás no era su problema, pero era raro ver que un niño que no sobrepasaba los cinco años este sin ningún acompañante.

El mayor se acerco a él pequeño cachorrito y toco suavemente su hombro para que este no se asustara, con timidez el niño levantó su cabeza dejando ver su rostro, sus ojitos estaban rojos e hinchados por tanto llorar y se veía claramente como seguía derramando lagrimas.

—¿Dónde están tus padres pequeño? — trato que su voz sonara lo más dulce posible, para que el menor no se sintiera tan intimidado al saber que era un alfa.

Sin responder solo apuntó con su dedo a lo que suponía Minhyuk que era una habitación de un paciente.

—vuelvo enseguida —el alfa miro la bolsa de dulces que tenía en sus manos, lo único que hizo fue suspirar y tendérsela al pequeño, que con un poco de inseguridad terminó aceptando.

Al adentrarse en aquella habitación, Minhyuk miro como una enfermera le estaba inyectando algo a un ¿omega?, por alguna razón su lobo interior se puso feliz.

—¿oh? ¿Usted es el amigo de Lee? — pregunto la beta, una vez que notó la presencia del mayor.

—si —responde con nerviosismo.

—es bueno que alguien se preocupe por él, nadie lo a venido a visitar, excepto por su cachorro que ha estado sentado dos días ahí.

—¿dos días? —pregunto un tanto preocupado, ¿Qué comía ese pequeño?.

—si —confirmó la beta.

—me podría decir que tiene mi amigo —el mayor agradecía internamente en no tartamudear, tenía que ser lo más disimulado posible.

—oh! sí claro, aquí está su expediente —empezó a buscar en un cajón hasta sacar una carpeta de color celeste —nombre Lee Dongmin, omega de 20 años, por lo visto estaba comenzando a tener desnutrición, tiene pocas vitaminas en su cuerpo, lo cual provocó que se le debilitaran sus defensas, cuando llegó aquí ya estaba inconsciente.

—¿va estar mejor? —digamos que el tal Dongmin no se veía del todo bien, su rostro estaba pálido y como dijo la enfermera un poco delgado.

—claro, con un par de medicinas, una buena alimentación, en unos meses le aseguro que ya estará sano.

—¿Cuándo cree que despertara?

—si le soy sincera, en unos cinco días máximo, quizás antes, pero una vez despierte estará una semana en reposo, y joven, se que esto no es de mi incumbencia pero.. ¿Usted cuidara del Cachorro?

Minhyuk solo pudo asentir con la cabeza, ahora si estaba en problemas, de seguro Mj lo va a castrar, ni siquiera sabía cuidar a un niño, pero ¿Por qué tenía la necesidad de cuidarlo?

—bien, si me disculpa me tengo que retirar —dicho esto, la mujer salió de la habitación.

Suspiro pesado una vez ya estando solo con el omega, su mirada se dirigió donde estaba aquella persona acostada sobre la camilla, tenía varias agujas insertadas en sus brazos derecho.

Minhyuk no podía que negar que el omega era lindo y atractivo, pero algo en su interior decía que lo tenia que proteger, al igual que al cachorro.

Todo ocurrió en segundos cuando en las fosas nasales del mayor llegó un dulce y encantador aroma, fresas, rosas y vainilla.

Era su omega.. Predestinado

Empresario - chackyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora