El 2 Entre Lápiz Y Papel.

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Solo quedaban centímetros para besarnos, él cerró sus ojos, mordió sus labios y luego los abrió ligeramente. Ya nuestros labios estaban a punto del rose y lo mire sonriéndole, alejándome de su rostro hasta quedar erguido, él abrió los ojos un poco desorbitados y con duda dibujada en su rostro.

No... mejor no – lo mire directamente a los ojos –

¿Por qué? – con curiosidad –

Pues... porque no quiero besarte – su mirada demostró una mezcla de duda y tristeza, luego agachó la cara, pero antes de que bajara por completo lo tome del mentón haciendo que levantara el rostro para que me viera, sus ojos ya se notaban húmedos – quiero que tú me beses a mí – sonreí nuevamente –

El abrió los ojos lo más que pudo, luego de un instante, volvió a poner su mirada de costumbre relajada pero su cuerpo detonaba un temblar, sobre todo en sus manos, las cuales pude ver con claridad cuando comenzó a elevarlas hasta tocar mi rostro situándolas en cada mejilla – de verdad está pasando, está tomando la iniciativa – parándose de puntas fue acercando su rostro al mío, mi corazón comenzó a latir fuertemente y esta vez era yo el que tragaba saliva abriendo los labios, de un momento a otro sus labios tocaron los míos y nuestras lenguas se encontraron.

Baje un poco mi torso consiente de su estatura y el esfuerzo que hacía para mantenerse elevado, mis brazos comenzaron a alzarse para tocarle su cintura y luego pasear por su espalda, al rosar su cuerpo con mis manos sintieron el cambio de sus músculos prensándose colocándose completamente rígido, acción seguida se alejó de golpe del beso abrazador en el que estábamos – aun le afecta – se quedó quieto sin mover ninguna parte de su cuerpo pegado a la pared.

Lo siento – temblando el labio inferior mirándome con pena –

Tranquilo –me acerque despacio,toqué la coronilla de su cabeza y le bese la frente – lo entiendo – me miró con más calma dejando de temblar – poco a poco,¿está bien?

El asintió con la cabeza y me dedicó una sonrisa.

Además es tarde – continúe mientras iba a los lockers – debería ya estar llevándote a casa.

...

Íbamos de camino hacia la casa de Jeremías cuando comenzó a lloviznar, él saco el paraguas de la mochila el cual le arrebate de su mano, y abriéndolo, lo acerqué a mi lado, sonriéndome comenzó a decirme todo lo que sintió en el momento en que me vio nadando. Y pensar que antes no me hablaba como ahora lo hace, con una soltura, como si nunca hubiera sido un problema; todavía lo recuero como si hubiese sido ayer.

...

Había pasado ya una semana desde que lo conocí y estaba al borde de la frustración y desilusión debido a que cada vez que llegaba al aula me ignoraba por completo,no me saludaba, no me miraba y cuando estaba pasando por un lugar, y nos encontrábamos casualmente, el solo se desviaba sobresaltado y salía corriendo. Nuca pensé que alguien llegase a querer alejarse tanto de mí; ya que siempre era yo el que les decía que no se acercaran y los ignoraba – entonces así se siente – A los únicos que les permitía acercarse era a los compañeros de natación, solo en la piscina y solo si se trataba exclusivamente de los entrenamientos – ya se, lo se, me estoy desviando del punto – Estaba sentado en el escritorio, él no había llegado aún, ya estaba que me daba por vencido. Hoy sería mi último intento para acercarme a él y llegar a ser más cercanos. Faltaban tres minutos para que iniciara la primera clase del día, él entró al aula dirigiéndose rápidamente al escritorio. Tuve la iniciativa de saludarle pero después de pensarlo me detuve y no lo hice – soy tan idiota - me sentía muy desanimado para intentarlo en este momento.

Tanto nadar para morir en la orilla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora