Capítulo 17

509 35 17
                                    

Llega el lunes. Te quedas unos minutos en la cama, antes de levantarte. Sólo puedes pensar en el sábado. Durante todos estos años te has imaginado cómo sería la sensación de sentirle tan cerca. De tenerlo entre tus brazos. De abrazarle tanto tiempo como le has añorado. Para que las piezas de tu corazón roto vuelvan a unirse. Para poder agradecerle todo lo que hace por ti diariamente. ¿Cómo será de alto? ¿A que olerá? ¿Cómo serán los famosos susurros al oído de Abraham? Pues todo eso lo sabrás en seis días. Seis malditos días.  Sólo de pensarlo se te ponen los pelos de punta.
La alarma del móvil insiste en que es la hora de levantarse. Esta vez sí me haces caso y te lavas, te peinas, desayunas...

*          *          *

Se te acaba de venir a la mente en lo que tienes que regalarle a Abraham... No se te ocurre nada, a decir verdad. Nada que esté ha su altura. Todo lo ves ridículo, en comparación a lo que se merece. Ya pensarás después, y le pedirás ayuda a tu madre, que a ella siempre de le ocurren buenas ideas.
Divisas a lo lejos a Cris. No sabes como actuar. Ni que decirle. Después de lo del sábado... Aunque no hace falta que tú lo pienses, ya que se te lanza a los brazos. Le devuelves el abrazo, un poco esquiva.
Cris: -¿Viste el tweet que puso Abraham no? Ay que fuerte _____(TN), no me lo creo todavía tía... Iremos juntas ¿verdad?- dice, emocionada.
Tú:- Em... S... Sí, supongo...-.
Cris:- ¿Que tu madre no te deja?-.
Tú:-¿Quién ha dicho que no?- dices, fríamente.
Cristina se te queda mirando. Al final, sólo se limita a sonreirte y se va a su clase. La sirena suena. Entras a tu aula, confundida.

Pasas toda la clase de matemáticas sujetándote la cabeza con la mano, pensativa. ¿Por qué el sábado se comportó de una manera tan extraña y ahora te viene como si nada? Nunca ha sido así. Tan... Como decirlo... Bipolar. Esa es la palabra correcta.
Sin embargo, eres un poco-bastante rencorosa, para qué mentir. Y después de cómo te trató el sábado, no quieres ir con ella a la firma. Pero claro. Si no hubiera sido por ella, tú no estarías donde estás, y formando parte de esta grandísima familia. Resumiendo, que tienes un lío mental increíble.
De repente una voz te saca de todos tus pensamientos.
¿?: -Señorita _____(TN), ¿ha entendido lo que hay que hacer para resolver una ecuación de primer grado?- dice con aires altivos, esperando la respuesta que él deduce que no llegará.
Te percatas de que es tu profesor el que te está hablando. Respondes a toda prisa.
Tú: -Sisisisi, sin pensarlo-.
Profesor: -¿Perdona? ¿Que tiene que ver tu contestación con mi pregunta?-.
Tú: -Que sí que lo he entendido, absolutamente todo-.
Profesor: -No acabo de creerlo. Salga usted a la pizarra a hacer el apartado b del ejercicio que estamos haciendo-.
Buscas desesperada la página del libro que toca, mientras el profesor se frota las manos, seguro de su victoria, y sales. No tienes idea de lo que haces, pero la cara de tu profesor al corregir la ecuación es de asombro.
Profesor: -______(TN), siéntese en su sitio, haga el favor. Y le pido que esté más atenta a la clase y bajar de las nubes, que ahí no están las respuestas de los exámenes. No quiera que tome medidas señorita-.
Te molesta el comentario que ha hecho, pero a pesar de eso, obedeces y sigues la clase. Esta semana no es un buen momento para que estén los profesores llamando a casa... Todos tus compañeros te miraban, con aspecto burlón. Pasabas olímpicamente de ellos. Y te centras en la ultima clase que te quedaba.

Cuando tocó la sirena que anunciaba el fin de la jornada, recogiste rápido para poderte ir a casa sola. Pero no sirvió de nada, ya que Cristina ya te esperaba fuera, con una sonrisa. Suspiraste y le sonreíste, desganada. Ella hizo como si no se hubiera dado cuenta. Estaba como... Muy feliz. Más de lo normal. Y tú también, obviamente. Ibas a abrazar a Abraham. Seguías sin creerlo.

Andáis las dos por la calle, de camino a casa. Sin cruzar palabra.
Cristina: -¿Has pensado en qué le vas a regalar a Abraham?- dice, intrigada.
Tú: -Todavía no se me ha ocurrido ninguno la verdad... Todo me parece poco para él-.
Cristina: -Yo creo que no le voy a regalar nada...- dice en tono intrigante, como si ocultara algo.
Sólo le respondes con un "Ah".
Cuando llegáis a tu casa únicamente os dais dos besos y entras en casa. La notas tan rara...
Tú madre te sonríe, y le devuelves la sonrisa. Decides olvidarte de todo y centrarte en el regalo que le vas a hacer al peque. Así que cuando te sientas a la mesa con tu madre y tus dos hermanos, para comer, preguntas:
-Mamá, no sé que regalarle a Abraham este sábado... No puedo ni pensarlo...-.
Tu madre te mira. Sonríe y coge un trozo de lechuga con el tenedor. Se queda pensativa, mirando la lechuga pinchada en el tenedor.
Mamá: -Pues no sé hija...- piensa un poco más- ¿y si le regalas ese álbum donde hay fotos de él, fotos tuyas, frases que le dedicas, o pequeños fragmentos de libros...?- dice como si nada. Al acabar, se mete la lechuga en la boca.
Tú: - MAMÁ. ¿DONDE HAS VISTO TÚ ESO?- ¡no puede ser que lo haya visto, si lo tienes escondidísimo!-.
Mamá: -Una cuando limpia semanalmente a fondo, al final va encontrando cosas- dice, misteriosa -¡pero tranquila (TN), que como lo vas cambiando de sitio la última vez que lo vi fue hace unos cuatro meses!-.
Tú: -MAMÁ. ME ESPÍAS.- dices, indignada.
Mamá: -¡Va venga no te pongas así que es muy bonito, y te estás poniendo colorada!- dice tu madre riendo.
Intentas parar, pero la risa de tu madre es pegadiza y acabáis las dos riendo.
Tú: -Mamá no le voy a regalar eso... Es como mi diario, y no creo que eso sea un buen regalo...-.
Mamá: -Bueno, ve pensando mientras te preparas la mochila que dentro de nada tienes que ir a baile-.
Asientes con la cabeza, recoges tu plato y subes a tu habitación.

*                    *                    *

Mamá: -Venga, sal que ya hemos llegado-.
Le das un beso a tu madre, coges tu bolsa y entras.

Acabas cansadísima y, cuando sales, no tienes ganas de nada. Te sientas en el asiento del copiloto. Tu madre te mira.
Mamá: -¿Vamos a por el regalo de Abraham?-Se te iluminan los ojos -Lo tomaré como un sí- dice ella.
Arranca el coche y vais hasta una pastelería. No sabes muy bien que se trama.
Mamá: -Mira (TN), como no se me ocurría nada, pues he pensado en encargar una tarda de gominolas, donde dentro en el fondo habrá una foto tuya y una carta. ¿Qué te parece?- dice, entusiasmada.
Piensas, en que no se te ocurre ninguna cosa mejor, así que como lo que te ha propuesto tu madre no es mala idea.
Asientes con la cabeza. Tu madre sonríe y encarga lo que te ha propuesto.
Mamá: -Tú tendrás que hacer la carta, e imprimir la foto ¿vale?-.
Tú: -Por supuesto jeje- dices, vergonzosa, ya que la pastelera te está mirando.
Pastelera: -Así que la tarta es para Abraham Mateo...- dice mientras te sonríe.
Tú: -Pues sí...- dices, ruborizándote.
Pastelera: -Prométeme que pasarás a decirme si le ha gustado la tarta ¿vale?-.
Tú: -¡Vale, pasaré la semana que viene!-.
Pastelera: -¿Cuándo es la firma?- preguntó, interesada.
Tú: -Es el sábado- dices, emocionada.
Pastelera: -¡PERO SI NO QUEDA NADA EH?!- dice, alterada -mañana quiero la carta y la foto aquí, así la iré haciendo y como eso es lo que va en la base... ¿Vale?-.
Dices que sí con la cabeza, os despedís de ella y volvéis a casa.
Allí tu madre prepara la cena, mientras tú estás en tu habitación, intentando que la inspiración llegue a ti. Vamos, que por las noches le escribes cosas preciosas, y ahora no sabes que ponerle.
Piensas y repiensas. Hasta que se te ocurre algo. Es simple, pero seguro que le sorprende. No por lo mucho que pueda ser, sino todo lo contrario. Escribes tu user también de twitter y doblas por la mitad el folio.
Y llega la tarea mas difícil... Encontrar foto para ponerla. Tienes que poner una. Si lo hubieras abrazado alguna vez pondrías esa foto. Pero como no... Tienes que poner una foto tuya. Así que sacas el ordenador y empiezas a buscar.
Después de estar sobre una hora, entra tu madre, para ver que haces.
Mamá: -¿Y si le pones la foto que tenéis Cris y tú allí en el concierto? La que os eché yo-.
Asientes rápidamente con la cabeza. Tu madre sonríe y se va. Abres la carpeta del ordenador donde pone "Concierto Abraham" y se te ocurre algo diferente. No vas a poner a Cristina. Vas a ponerte a ti, con la pancarta. También fue la foto en el estadio, pero sales tu sola.
Le pones también tu user desde photoshop, y le das a "imprimir"; y para que no se arrugue ni nada, la metes entremedio de los dobletes de la "carta".

*               *               *

Al día siguiente te levantas más temprano, para ir a dejar la carta y la foto a la pastelería. Y tu madre, a la tarde, mientras estás en baile, la recogerá.
Y vas al instituto muy emocionada e ilusionada. Tienes ganas inmensas de que sea ya sábado.

¡POR FIN! Siento tooooodo el tiempo que hago esperar (espero que valga la pena), pero estoy estas semanas  estoy con de tres a cinco exámenes semanales, y no tengo tiempo de escribir... ¡La semana que viene ya acaba todo esto!
Si queréis comentarme algo, dejarme un comentario. O preguntarme por twitter en mi cuenta @ GonzlezAda o en la personal @ aiida_rg seguidme!
Ya sabéis que para el siguiente, son 30 votos mínimos ¡Y el capítulo 18 ya será el día de la firma!
Muchísimos besos, gracias por leer!❤
PD: Necesito ayuda de alguien que sepa editar y hacer montajes bonitos, me gustaría cambiar la portada por otra mas chula ¡Si queréis ayudar decidmelo!

Jugando con la distancia (Abraham Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora