Capítulo 7

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Te despiertas con el sonido de la alarma del móvil. Te restriegas los ojos, y te sientas en la cama. Paras la alarma y ya te pones en marcha con la rutina de todas las mañanas.

Desayunas rápido. Tienes muchas ganas de ver a Cristina. Seguro que ella respondería con un grito y un abrazo de oso típicos suyos cuando alguien le cuenta algo que le pone eufórica. Sonríes. Es única. Por eso sois tan amigas.

A la que te das cuenta ya has llegado al instituto. Le cuentas todo a Cris. Pero en vez del grito y el abrazo te corta y te empieza a explicar todo el plan para los preparativos del concierto. Suspiras. Es Cristina, y cuando Cristina coge la directa de hablar… Cualquiera le frena.

No te enteras de nada. Te salvas de las típicas preguntas de: “¿Lo has entendido todo?” gracias a la sirena. Esa semana han puesto “Fireworks”, de Katy Perry.

Te despides de Cris y te vas a clase.

Al salir Cris te espera como siempre, en el pasillo. Os saludáis.

Cristina: -Bueno, y… ¿cuándo quedaremos para hacer la pancarta?- dice, mirándote.

Tú: -La… pancarta…-.

Cristina: -Si, eso he dicho. La PAN-CAR-TA- dice, destacando cada sílaba -¿Es que acaso no estabas atendiéndome esta mañana?- dice.

Tú: -Por supuesto que te escuchaba. Pero se lo tendría que preguntar a…-.

Cristina: -Sí, esta tarde me va perfecta para ir a la papelería contigo a comprar la cartulina-.

Tú: -Pero Cris que no…-.

Cristina: -¡Mira, ya está ahí el autobús! Nos vemos en tu casa a las cinco-.

Y se va corriendo.

<<No tiene remedio>> Piensas, riéndote.

Te saluda desde el autobús con la mano. Le devuelves el saludo y le envías un beso. Ella te envía decenas.

Y así hasta que el autobús desaparece de tu vista.

Retomas el camino a casa, pensando en todo lo que habrá planeado Cristina contigo y ni siquiera eres consciente de ello.


A las cinco justas escuchas el timbre de casa. Estabas tumbada en la cama, leyendo. Tiras el libro y te levantas de la cama.

Tú: -VOOOOOOOOOY- gritas, para que nadie abra la puerta.

Efectivamente allí estaba Cristina, monísima como siempre. Con unos pantalones largos de color rosa pastel y una sudadera sin capucha blanca con unas letras en el pecho que ponen “FOREVER”. Tú en cambio solo llevas unas mayas negras con una sudadera azul y unas deportivas.

Cristina: -Que, ¿te vas a quedar mucho más tiempo contemplándome o nos vamos ya?-.

Corres a decirle a tus padres que te vas. Coges las llaves de casa, tu bolso y cierras.

Camináis las dos juntas. A los cinco minutos:

Tú: -Bueno, ¿dónde piensas llevarme?-.

Cristina: -Está un poco lejos, así que guarda aliento- dice, casi riendo.

Camináis sobre unos quince minutos más hasta que llegáis a unos grandes almacenes.

Tú prefieres no decirle nada, para que no se ofenda.

Entráis dentro. Hay unas señales que indican en qué dirección está cada apartado, según lo que busques.

Vais por donde indica el cartel de  “Papelería y derivados”.

Jugando con la distancia (Abraham Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora