2

102 14 6
                                    


  Después de pasar a la secta de magia por los registros, Xie Lian se encamino hacia el Tribunal Superior, bien podría haber realizado un conjuro de acortamiento de distancia y ahorrarse la caminata pero él prefería guardar su magia para futuros pedidos de clientes.

En el pasado él también fue un joven hechicero talentoso y con un poco de fama. Teniendo una buena cantidad de clientes en su tienda, una buena interacción con otros magos en la secta y una buena relación con sus padres. ¡Y todo esto se había ido directo al caño!

  Los hechiceros y magos tenían unas reglas muy importantes que seguir:

1- Borrar o alterar los recuerdos a quienes son ajenos a la magia y solicitan un encantamiento (Xie Lian cumplió esta regla al pie de la letra, aunque muchos no lo creyeran).
2- Tener vigilancia sobre las personas a las cuales se le venden los hechizos (bien, Xie Lian tal vez fue un poquito descuidado en esta regla pero no lo suficiente como para considerarlo negligente).
3- No atentar contra nadie de la realeza (¡Ahí estaba! El mayor error de Xie Lian el cual inconscientemente realizó).

  Realmente no había sido su culpa haber fallado en la última regla pero al parecer su destino y suerte le hicieron una mala jugada, un día como cualquier otro había vendido una poción para convertir en rana a alguien. Todos sus conjuros tenían la condición de que solo durarían un mes, ni más ni menos tiempo y hasta el día de hoy todavía cumplía esta regla autoimpuesta. ¿Cómo sabría que la persona a la que le vendió su poción guardaría una cantidad aparte y la usaría con el Príncipe heredero Lang QianQiu?, después de dos semanas de intensas investigaciones por parte de la corona dieron con su tienda XianLe, ciertamente fue una sorpresa para Xie Lian de que lo acusaran de atentar contra la vida del príncipe heredero, el mismo se había asegurado de que la persona a la que le vendió haya convertido en rana a su ex jefe. ¡Hasta le dio instrucciones de como liberarse del encantamiento de rana a ese jefe!. Solo por no haber seguido esta última regla desencadeno la acusación del rompimiento de las dos primeras reglas, después su expulsión de la secta de Jun Wu y por último que le colocaran todos esos grilletes malditos.

  Si le preguntaras a Xie Lian cuál de todos estos hechos lo hacían sentir peor siempre respondería con los grilletes que restringían su magia.
Sin darse cuenta, Xie Lian ya había llegado al Tribunal Superior de Magos y Hechiceros. Caminando hacia la entrada fijo su mirada en los alrededores esperando ver a Hua Cheng, cuando vio que no estaba rondando por ahí supuso que ya estaría adentro del edificio.

- ¡¡Buu!!

- Joven Hechicero Hua, ¿cuándo parara con este intento de hacerme asustar?- Xie Lian se giró con una sonrisa para ver a Hua Cheng.- Creo que ya es tiempo de rendirse, ¿no lo cree?- Xie Lian le mostró una pequeña sonrisa triunfante.

- Como siempre Su Alteza no reacciona a ninguna de mis bromas.- Hua Cheng mostraba un claro puchero que hacía que Xie Lian quisiera reír (¡era tan adorable!).- Ah, también lo vi tan distraído y concentrado mirando a los alrededores, ¿buscaba Su Alteza a alguien en especial?- Hua Cheng tenía puesta una sonrisa traviesa ahora. ¡Ja! Xie Lian prefería convertirse a sí mismo en rana que admitir que estaba buscando a Hua Cheng.

- Um si, en realidad estuve hojeando un poco los registros y vi que no estaban los de Shi QingXuan así que supuse que estaría por aquí...-Si Hua Cheng hizo una expresión de decepción no la notó pero si escucho un 'tsk' de su parte, supuso que era porque no le agradaba Shi QingXuan y sinceramente no sabía la razón.

- Su alteza es realmente cruel con este...-Susurró Hua Cheng mientras caminaba a la par de Xie Lian.

  Este tipo de situaciones ya se había echo una costumbre para los dos y no era algo de lo que se quejaran. Ambos disfrutaban sus charlas mientras caminaban y esperaban su turno de revisión. Era como si Xie Lian y Hua Cheng estuvieran dentro de una burbuja aislada del mundo exterior, no había un Tribunal Superior ni magos ni mucho menos sectas de magia, solo eran los dos disfrutando de su compañía.
  

Kura Kura MagicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora