¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Takemichi se crío con su abuelo. Un hombre hecho a la antigua, sin embargo a Takemichi nunca se le olvidarán sus palabras cuando se sentaban a tomar el té.
"Sí un hombre te golpea, devuelve el golpe. No te dejes, eres una mujer, una mujer que peleara hasta su último momento."
Ella no entendió muy bien a que se refería, y luego se enteró de su historia, de su biseabuela y madre.
— Las mujeres de la familia Hanagaki eran y son hermosas, son sinónimo de grandeza.— Takemichi murmura una afirmación al anciano.
— Lo sé, abuelo.— le aviso. El anciano le miró. — También recuerdo que la madre del abuelo fue a la guerra, y fue una gran piloto.— el anciano ríe.
— Cierto, ciert-... — la platica se ve interrumpida, y Takemichi sabe que significa.
Sale con urgencia por la puerta de la habitación blanca. — ¡Señora, mi abuelo esta convulsionado!—
La enfermera que escucha el llamado de la niña corre en su ayuda, Takemichi está nerviosa y recuerda las palabras de los doctores anteriores.
"Posiblemente no sobreviva más de un mes." Su cuerpo tiembla recordando la frase, cala fríamente en su ser.
No puede ver más a su abuelo, cuando unas personas de blanco la sacan de la habitación. Se queda en el pasillo frente a la puerta que después está misma es tapada luego de unos segundos.
Takemichi solo recuerda la sonrisa nerviosa de la doctora.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lo primero que ve al abrir los ojos es un techo blanco, con una luz muy brillante. Está acostada sobre algo, no sabe que es realmente.
Se siente perdida.
— Oh, ya despertó.— gira su cabeza y observa a una mujer, reconoce a la doctora de antes. Tiene una sonrisa tensa.
Takemichi se estremece. Sabe que significa. Por lo que solo susurrós acerca de algo se escuchan en la habitación.
La doctora le sonríe, algo incómoda sin saber como reaccionar.
— Y entonces él siempre decía: Las mujeres Hanagaki son hermosas y gloriosas.— la doctora le acaricio la cabeza. La pequeña mujercita temblaba un poco.
— Son palabras sencillas pero reales, ¿quieres un café? Te invito.—
Takemichi se quejo ahí, sobre la camilla blanca y el frío de la habitación calando sus huesos. Entre susurrós del pasado, o tal vez futuro. No sabe realmente.
Escucha la puerta cerrarse, y unos pasos se acercan a ella.
— Hola, Hanagaki-chan. — Takemichi observa al doctor. — Lamento tu pérdida, pero eres su única familiar viva. ¿Me puedes ayudar llenado sus papeles de su fallecimiento?—
Takemichi parpadea unas veces, botando aquellas lágrimas de sus ojos celestes, y asiente lentamente.
— Si, claro. Dígame señor.— el doctor le murmura una afirmación.
Observa como el rubio sonríe y empiezan las preguntas. Takemichi responde algunas, sin prestar del todo atención.
Si mente divaga sobre lo que recién paso, sobre como vivirá ahora. ¿Podrá ser feliz?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
JAJAJA
Tengo (tenía) altas ganas dehacer un fanfic de esto, me estoy inspirando en varias historias. Pero la que más me gusta por el momento es una, no recuerdo bien el nombre en este momento.
En fin, Takefem es superior. ¿Parejas? ¿Quieren gastar? ¿Un Takefem por todos?
