Capítulo 4

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"Entonces llegará alguien que ame el color de tus ojos, que ame tu sonrisa, tus besos y cada rincón de tu infinito ser. Amará las cicatrices que otros dejaron en ti. Amará tus días buenos y tus días malos. Amará tu locura y te amará con locura.
Te amará por lo que eres"










Había pasado una semana desde que Stiles había llegado a la Mansión Hale.
Una semana en la cual la Manada Hale-McCall había tenido que cambiar por completo su rutina por la causa de ese peculiar y loco adolescente que les iba a sacar canas a los Alfas.

El chico era...bueno...Stiles.

No había manera de definir a ese muchacho.

Estaba totalmente loco, eso todos lo sabían solo con verlo.
El niño era travieso, sarcástico, malicioso, un poco maniatico y con cara de psicópata.
Era curioso al extremo sin duda y le encantaba hacerles broma a los lobos de la manada.

Era inteligente, muy inteligente y asututo.
Si Stiles fuera algún ser sobrenatural sin duda sería un zorro.

Los Argent no habían vuelto desde aquel día. Scott no había querido hablar con Allison desde aquel entonces.
Para el joven Alfa Verdadero, era difícil y doloroso pensar que su novia había hecho tal cosa. Él no toleraba los que mataban solamente por placer, y le dolía pensar que su dulce y hermosa Allison había hecho tal abominación como dispararle sin motivo alguno a Stiles.

Ok. El niño no podía morir, pero eso no era excusa para hacerle pasar el infierno que vivió. Él había visto desde el primer momento la cantidad innumerable de cicatrices que tenía esa pobre criatura en su cuerpo, y la locura que brillaba en sus ojos por causa de lo que vivió.

No quería saber nada de ningún Argent por el momento.

Derek estaba igual o peor. Ya había asumido que el niño maniático era su compañero de vida, quisiera o no tenía que aceptarlo.
Pero de algo estaba seguro, ahora que tenía a su alma gemela con él, iba a ser lo que fuera para ayudarlo.
Y si algún día volvía a ver al malnacido de Gerard lo despedazaría lentamente haciendolo sufrir lo más posible.

-¡STILES!-

Peter soltó una enorme carcajada cuando un grito agudo pero masculino resonó por toda la Mansión Hale mientras escuchaba un jaleo de voces y cosas estrellandose arriba.

Segundos después, Stiles bajaba corriendo las escaleras con una sonrisilla maliciosa pintando su rostro. El castaño llegó junto a Peter quién estaba al pie de las escaleras mirando divertido hacia arriba y se escondió detrás de él.

-¿Qué hiciste ahora, cachorro?- le preguntó curioso mirandolo por encima de su hombro, no negaba que le había tomado cariño al revoltoso castaño.
Hizo una lijera mueca al verlo vestido totalmente de un chillón rojo escarlata.

El niño había estado fascinando con todos los colores que siempre se vestía con colores muy llamativos, pero su preferido era el rojo.

-¿Sabías que Jackson usa esa cosa que le llaman condón? Se la pone para cubrirse la polla, la que por cierto tiene bastante grande- le contó como si le estuviera diciendo un gran secreto.

Peter se mordió los labios para reprimir una carcajada.
Ah, Stiles era un total desvergonzado, no sabía que demonios era la vergüenza ni la privacidad.
Varias veces entró en las habitaciones de los demas sin importarles si estaban duchandose, teniendo sexo o estando desnudos.


Erica una vez le desgarró la garganta con sus garras cuando el chico entró en su ducha y se quedó mirándola desnuda, y le peguntó con total curiosidad qué eran las pelotas que tenía en el pecho y porqué no tenía polla como él.
Suerte que el niño era inmortal o tendrían que haber ocultado el cadáver.



En la cordura y en la locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora