Capítulo 5

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"Él era como mil fracasos abrazados al pie de una esperanza"



Sintió aquel frío y amargo líquido amarillento bajar por su garganta quemándole un poco debido al alto contenido de alcohol que contenía aquella bebida, dejandole un leve sabor amargo en el paladar.
Sin embargo era una sensación refrescante que le ayudaba a despejar su mente aunque fuera por un par de minutos.

Dejó el vaso de cristal en la mesa con un golpe sordo, antes de volver a tomar otro libro y abrirlo para pasar casi furiosamente las páginas amarillentas de aquel polvoriento tomo negro con las letras antiguas y descoloridas.
Sus ojos verdes recorrían con impaciencia las letras estampadas en aquellos papeles amarillentos, su vista revoloteaba en aquel sinfín de palabras que componían años, siglos y milenios de historias, leyendas, mitos, rituales, y criaturas que iban más allá de la imaginación de los mortales.

No recordaba cuanto tiempo llevaba en ese lugar, no recordaba desde hace cuanto tiempo no comía ni bebía nada.
Pero no le importaba, su mente estaba enfocada en buscar las respuestas que necesitaba a toda costa.
Había vaciado un tercio de la biblioteca de la mansión intentando buscar una respuesta a sus preguntas sin respuesta, y sabía que le llevaría mucho tiempo leer todos los cientos de libros que habían en esos polvorientos estantes que rozaban el techo.
Pero no le importaba, no iba a detenerse hasta encontrar algo que le ayudara a obtener lo que quería.

Peter empujó la puerta de la biblioteca entrando al escuchar un ruido adentro. Se quedó quieto en la puerta mirando a su sobrino estar sentado en un sofá con montones de libros rodeandolo, algunos tirados en el suelo abiertos y marcados en algunas partes, y otros apilados a su lado esperando ser leídos o esperando volver a ser guardados.

Derek llevaba allí más de doce horas, ya casi era media noche y su sobrino aún estaba allí pasando furiosamente las páginas de los libros buscando desesperadamente algo escrito en ellas.
No había salido a comer, ni a beber nada a parte de las cinco botellas de ron que se había tomado y otra que estaba por mitad. Pero sabía que eso no le afectaría, ser un hombre lobo tenía ventajas como de no poder emborracharse tan fácilmente.

-¿Planeas seguir allí toda la noche?- preguntó Peter recostandose al marco de la puerta sin dejar de mirar como su sobrino cerraba de golpe un libro antes de ponerlo en la cumbre de una pila para poder tomar otro de otra pila.

-No te importa- bufó Derek sin mirarlo por estar leyendo un párrafo de una página en específico, pero al no encontrar lo que buscaba siguió pasando las páginas.

Peter suspiró negando con la cabeza.

-Es por Stiles ¿Cierto?- preguntó el mayor con calma.

Derek dejó de pasar las páginas por unos segundos, no dijo nada, y segundos después volvió a seguir pasando las páginas.

-Necesito saberlo...- susurró con una voz libre de emociones.

Pero no necesitaba decir nada para que Peter supiera lo que estaba sintiendo. Hasta la nariz del mayor le llegaba el olor del miedo, el dolor, el nerviosismo y la desesperación de Derek.
Había estado así desde el día que él y Stiles se encerraron en la habitación, desde que Stiles le pidió enseñarle a vivir...para luego matarlo.

Nadie había escuchado esa conversación ya que la habitación de Derek estaba insonorizada, pero Derek se lo había contado a Peter y Cora solamente. A pesar de todo, Derek aún confiaba en Peter.
Peter y Cora habían abrazado y consolado a Derek después de ese día.
Derek no quería hacerlo, él no quería matar a Stiles. El solo pensar en quitarle la vida a su precioso castaño le provocaba una ira y tristeza inmensa.
Pero tenía que saber, aunque no quisiera, si había una manera de...de matarlo...

En la cordura y en la locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora