Capitulo 3

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Frio.... el ambiente era muy frio, miraba un punto fijo de la pared, quizás remarcando la mancha de humedad que memorice hace tiempo.

Estaba sentada en la sala de espera, hasta que pude ver a una enfermera llamándome. Me dirigió nuevamente a la habitación de Nagito, y allí un caos se desato en mi.

Sobre la cama se encontraba su cuerpo, estaba igual que siempre, pero algo faltaba... estaba vacío, como si se hubiesen llevado su alma.

-Lamentamos mucho su perdida, fue un chico fuerte, resistió durante todo este tiempo...  -parloteaban los médicos hacia la desconsolada mujer junto al cuerpo, y a su marido intentando reconfortarla.

La habitación estaba llena de llantos, rodeando un cuerpo sin vida que descansaba sobre la cama. Me acerque lentamente, llegando a la altura de su pecho.

Mis ojos viajaron hasta su mano, y en un movimiento lento y precavido, levante mi mano para llegar a tocar la suya.

-Sus manos están frías...  -murmure a mi misma mientras la yema de mis dedos acariciaba el dorso de su mano, viendo aquella piel que se había vuelto tan pálida como la nieve, y tan fría como el invierno.

-Lo lamentamos mucho, pudo pasar los últimos minutos con su hijo y despedirse de el señora, el los quiso a ambos  -seguía diciendo una enfermera que quería tranquilizar a su madre, y esas palabras revolvieron mi estomago.

-Yo no pude...  -susurre aun tomando su mano, sintiendo mis ojos humedecerse por las lagrimas que comenzaban a caer-  Yo... no me despedí de el...

Esas palabras golpeaban como un metal cayendo sobre mi cuerpo, pero eran totalmente ciertas. No tuve la oportunidad de despedirme de Nagito, su muerte fue tan repentina, que no llegue a tiempo al hospital. Había tantas cosas que quise decirle... quería agradecerle ser un amigo tan maravilloso, incluso... incluso quería decirle que...

-Lo sentimos T/n... no llegaste a tiempo  -el hombre junto a su esposa me miraba compadeciéndome, el puede decir esas palabras con tranquilidad ya que pudo estar con su hijo, pudo despedirse de el, tocarlo cuando su cuerpo aun permanecía con vida.


Mi mano se separo de la de Nagito, comencé a caminar hacia atrás, sintiendo mi cuerpo temblar y mis ojos llenarse de lagrimas. Algunas enfermeras me hablaban, pero yo no podía escucharlas, todo se volvía borroso y sin sentido. 

Comencé a correr por los pasillos del hospital, algunos médicos me llamaban la atención por esto, pero los ignore. Seguí corriendo incluso hasta llegar a la entrada, y corrí por todas las calles, hasta que me detuve en un parque, buscando algo de aire.

-N-no... no puede ser...  -dije agitada, inclinándome hacia adelante con una mano en mi pecho, mi corazón latía rápidamente debido a mi corrida, pero yo no sentía nada.

-T/n.... ¿T/n?...  -una voz masculina me llamaba delante mío, crei que era una alucinación, hasta que al levantar un poco mi mirada, pude ver sus zapatos que reconocía tan bien.

-Na... ¿Nagito?  -pregunte de manera confundida, el estaba ahí, parado con sus pantalones y su sudadera blanca, me miraba extrañado por mi reacción, inclinando levemente su cabeza.

-Corriste mucho T/n... pareces exhausta  -exclamo con algo de preocupación, antes de esbozar una pequeña sonrisa-  Sabes... aquí no hace frio, de hecho el clima siempre es perfecto.

-¿Eh?  -a este punto creí que ya estaba loca, Nagito, a quien acababa de ver sin vida en su cama, se encontraba frente a mi, diciendo palabras cada vez mas confusas-  A... ¿a que te refieres?

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2021 ⏰

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Mi otra mitad -Nagito KomaedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora