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Chapter ten.

Sunoo miraba a Sunghoon entre cada bocado que le daba a su cena. Cuando sus miradas se cruzaban, el menor le sonreía un tanto ruborizado. Bueno, a veces estas cosas pasaban ¿no es así?

Niki tenía la mirada clavada en su plato desde el momento que se sentó, él y Jungwon intercambiaban miradas y murmureos probablemente creyendo que nadie más en la mesa podía escucharlos.

Entre dimes y diretes, Sunghoon no logró escuchar un comentario que no le agradó para nada, instintivamente golpeó la mesa con los cubiertos aún en sus manos empuñadas, y la mano de Jungwon, que se dirigía a la cabeza de Sunoo, se detuvo inmediatamente a medio camino.

El silencio fue instantáneo. El rubio tenía tres pares de ojos mirándole, pero su atención estaba fija en Jungwon.

—Si hay algo que no tolero, además de ciertas personas violando la ley, es la violencia en cualquier forma.

Jungwon le sostuvo la mirada, pero pudo notar su nerviosismo de todas formas.

—Sung —Sunoo le pateó bajo la mesa, casi siseando su nombre al pronunciar. El mayor le ignoró por completo, pero sintió que quizá le estaba dando un mala impresión a Jungwon, y le había hecho una promesa a Sunoo, por lo que cambiando su tono de voz, y esta vez usando una sonrisa verdadera, miró a Niki.

—¿Y tú, Niki? Anoche no tuvimos ni tiempo de hablar.

—¡¿Qué?! —La pareja cuestionó inmediatamente, la mirada sorprendida de ambos se posó sobre Niki.

—¿Pasaste la noche con el tipo que me quiere meter a la cárcel? —Jungwon se puso de pie y señaló a Sunghoon, cosa que no le pareció agradable al mayor, y por las acciones de Niki, tampoco a él.

—¡Me dejaste tirado en la calle tal cual perro que ya no quieres! ¡¿De verdad creíste que pasaría la noche en la calle?! —Niki le gritó de vuelta, las palmas firmemente presionadas en la mesa y la mirada ardiendo de molestia.

Lo siguiente que pasó no se lo esperaba ninguno de los presentes. Niki se acercó rápidamente a Jungwon y le soltó un puñetazo en la cara. Sunoo jadeó por la sorpresa, Jungwon se sostuvo la mejilla incrédulo y Sunghoon solo se quedó observando.

—Eres un amigo de mierda.

Niki miró a Sunghoon, y el rubio asintió sin entender lo que quería. El mayor lo miró salir de la cocina e ir a lo que supuso, sería el cuarto donde se quedó anoche. Su teoría fue confirmada cuando escuchó una puerta azotarse.

Sunghoon volvió la mirada a la mesa y se encontró con Sunoo y Jungwon parados frente a él, el más pequeño sosteniendo suavemente el mentón del mayor. El rubio levantó una ceja en forma de pregunta cuando ambos le miraron.

—¿De verdad mi hermano y tú...?

Sunghoon se rio y negó.

—Él no tenía donde quedarse porque el imbécil a lado tuyo lo dejó en la calle. Tiene facha de ser un buen chico, así que le permití pasar la noche en el cuarto de Heeseung. No supe que era tu hermano hasta hoy en el desayuno.

Sunoo asintió y se sentó de nuevo—. Tenía intenciones de presentarlos, no estoy seguro de la orientación de Niki, pues nunca hemos hablado de ello ni ha tenido pareja, aún así creí que serían buenos amigos si no se daba nada romántico entre ustedes.

Sunghoon le sonrió al menor—. ¿Puedo invitarle a una cita entonces?

Sunoo le sonrió abiertamente y asintió varias veces—. Mientras me prometas que lo cuidarás, todo bien. Iré a ver como está, ya vuelvo.

Sunoo se levantó de la mesa y se fue de la cocina. Jungwon seguía parado en el mismo sitio, mirando incrédulo a Sunghoon comiendo como si nada hubiera pasado. 

—Dijiste que no toleras la violencia.

Sunghoon levantó únicamente los ojos para prestarle atención.

—¿Y?

—Me golpearon frente a ti y me dijiste imbécil.

Sunghoon levantó los hombros restándole importancia y volvió a su cena. Sunoo había ayudado a prepararla y estaba deliciosa, no la iba a desperdiciar. Una vez terminó de masticar y tragó, le respondió.

—Te lo merecías.