4. Memorias

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Día 4: smoke. AU sin quirks
Inspirado en Votos de Amor

[...]

Sentado en una banca pública en las calles de Japón y un cigarro entre los labios, Sero se resignaba a observar desde el otro lado de la calle como cierto pelirrojo salía de aquella repostería, algo que hacía a diario siempre a la misma hora, como una rutina que es incapaz de abandonar.

Una sonrisa floja surca su rostro durante unos breves instantes, evitando ser muy obvio mientras ve al chico salir de la tienda con una hermosa sonrisa en su rostro y la bolsa de papel donde el azabache puede apostar que se encuentran sus postres favoritos de fresa mientras camina por la calle de vuelta a casa.

Da una última calada al cigarrillo antes de arrojarlo a algún punto sin importancia, parándose de la banca donde antes se encontraba reposando para comenzar a caminar de vuelta a su propio hogar.

—Han —llamó Kirishima mientras terminaba de preparar la comida —, la cena está lista —avisó.

—Voy —respondió Sero desde la habitación, terminado de secarse el cabello antes de abandonar la pieza y caminar hasta la cocina, dándole un rápido beso en la mejilla al pelirrojo.

Kirishima soltó una tierna risa antes de entregarle su plato ya servido para que lo vaya colocando en la mesa.

El azabache llegó a su apartamento y miró los alrededores con una incesante melancolía que poco a poco lo iba atrapando. Trató de alejar aquellos pensamientos con una sacudida de cabeza, tratando de restarle una importancia que sabe jamás se irá, cerrando la puerta tras de sí antes de adentrarse más en aquel vacío apartamento.

Sus pies se movieron solos a la habitación, donde su mente le jugó una mala pasada al revivir recuerdos de los cuales trata de suprimir.

Una lágrima baja de su ojo y vuelve a sentir esa ansiedad por querer fumar otro cigarro, así que se dirige a la terraza con rapidez y saca un encendedor de su bolsillo trasero, prendiendo otro cigarrillo mientras su vista vuelve a irse entre el humo y los recuerdos.

Un pelirrojo reía con diversión mientras corria por la arena descalso, salpicando el agua fría de la costa con los pies en ocasiones.

—¡Han, ven, vamos a nadar! —le llamó, extendiendo aun más la sonrisa entre sus labios, sosteniendo parte de su cabello para que no le moleste en la cara mientras el viento sopla.

Sero toma la cámara que ha llevado entre sus manos desde que salieron de la casa y la eleva para apuntar hacía Eijiro en el momento perfecto donde los colores cálidos del atardecer provocan un hermoso contraste con la sonrisa del pelirrojo, acariciando su piel y cabello en un mágico escenario de colores que cautivan al azabache durante unos instantes.

Entonces toma la foto, y el flash de la cámara provoca que Eijiro se dé la vuelta sonrojado.

El cigarro vuelve a acabarse rápidamente y el azabache decide que sería mejor volver adentro antes que termine por fumarse el octavo cigarrillo del día.

Camina casi sin fuerzas y sin ganas hasta la habitación y se tira en la cama, acomodándose boca arriba, mirando el fondo de pantalla de bloqueo de su celular donde cierto pelirrojo sonríe en su dirección teniendo como fondo el hermoso atardecer en una playa costera.

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SeroKiri Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora