5. La chica.

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Al parecer no escuche mi alarma, si no fuera por mi madre que subió a despertarme yo seguiría durmiendo, rápidamente me puse lo primero que vi en mi armario, mi mamá se ofreció a llevarme en su auto yo me iba maquillando como una loca, creo que mi makeup quedó peor que el de un payaso.

Creo que ya es hora de que alguien obtenga su licencia de conducir.

No es mala idea.

Lo sé, siempre tengo buenas ideas.

―Gracias por traerme, mamá.

―No hay de que, cariño― me dio una cálida sonrisa. ―Toma esto, es un té que te preparé para que no tengas tu estómago vacío― me dio un termo con mi desayuno.

―Enserio no sé qué haría sin ti.

―Corre porque ya es tarde― se despidió.

Salí del coche y me apresure a llegar a mi clase, los pasillos estaban con alumnos igual que yo, corriendo y con una mancha de pasta de dientes en su blusa, llegué a mi aula y con mis manos alcancé a detener la puerta, el profesor estaba apunto de cerrar el salón.

―Espere, espere― detuve la puerta.

El profesor me miró serio y alzó una ceja.

―Adelante, que sea la ultima vez― dijo el profesor con un tono de seriedad.

Tomé asiento a lado de Santi, el me miró divertido.

― ¿Cuál es tu excusa ahora?― enarcó una ceja, divertido.

―No escuché mi despertador, mi mamá me salvó de tener un retardo.

―Si sabes que todos los días tenemos clases ¿Verdad?

―Claro que sí, pero creo que a veces se me olvida― eleve mis hombros.

—Ya te he dicho que tienes un gran parecido con el pez azul de "Buscando a Nemo" ¿Verdad?

—Enserio, gracias— me limité a sacarle el dedo corazón por lo bajo.

―Señor Lombardi, señorita Taylor, la clase es aquí enfrente― nos dijo el profesor llamando nuestra atención.

―Lo sentimos― dijimos al unísono.

Nos reímos por lo bajo.

♡︎♡︎♡︎


Llegó la hora del almuerzo, yo estaba agradecida en este momento ya que mi estómago gruñía de que tenía mucho apetito, sentía que me iba a morir si no comía algo rápido.

Tal vez no hubiera pasado si hubieras escuchado el despertador.

Santi y yo nos dirigimos a la gran cafetería del instituto, dónde todos los alumnos recurrían para ingerir sus alimentos. Era un establecimiento grande donde había una gran cocina y una barra donde ibas a adquirir comida, unas máquinas expendedoras de galletas y bebidas y las mesas donde todos se sentaban.

Optamos por sentarnos en una mesa vacía ya que las demás eran de los grupos de la escuela, había de diferentes grupos:

Los populares, los que siempre eran el centro de atención de todos y idolatraban cómo dioses.

Los nerds, los que preferían estar haciendo deberes y estudiando en vez de comer.

Los deportistas, los que siempre se la pasaban hablando de los partidos escolares y de sus rivalidades con otras escuelas.

Y por último tenemos a la gente común, a la que no les importa nada y solo se dedican a disfrutar su tiempo libre.

Yo soy una de esas.

El Día En Que Te Conocí © [En proceso] ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora