Memorias de un corazón roto

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5 de julio del 2018, 2:19 a.m.

Odio esto. En verdad no me agrada que su recuerdo se pasee con descaro por mi cabeza en mis noches de insomnio, detesto que su nombre cause eco en mi memoria y aborrezco que sus acciones afecten tanto a las mías, a mi forma de pensar y sentir de cierta manera. Me pregunto ¿Alguna vez han atentado contra tu cordura? Por que en verdad necesito saber que hay más vida en este planeta, que no soy la única en esta rara dimensión. Este extraño mundo al que he aterrizado desde que este tipo llegó a mi vida, porque he tratado de mantener la calma pero ciertamente... ¡Me está volviendo loca! ¡desquiciada!, una completa demente andante.
   Desde que este chico apareció todos los días trato de mantener mis pies bien enterrados en la arena... si, leíste bien, enterrados en la arena. Y no, no es parte de estar enloqueciendo, es como el me hace sentir...
   Recuerdo cuando conversando me preguntó sobre una de las cosas a las que temo, yo contesté: a el océano. Y es que estar en la playa ciertamente me resulta similar a estar enamorada. Justo ahora estoy aterrada, como lo estuve antes e incluso se que lo estaré después mientras siga conmigo. Cuando apareció, tomé esa valentía que tenía guardada muy dentro de mi, me tomó fuertemente de la mano y me llevo consigo hasta estar parada sobre la suave arena en la bahía más hermosa que haya visto, estado y sentido.