23 de junio del 2019
Comencé a sentirme sola estando aún rodeada de gente, comencé a sentir ese tipo de soledad tan estúpida que llegaba en medio de una reunión familiar o una tarde con mis amigos. Y es que si aún yo misma me recordaba los mil y un buen motivos por los cuales era una fortuna tenerlo lejos de mi vida, yo solo podía sentir como cada latido de mi corazón seguía latiendo por él, cada vez que cierro los ojos ahí está él, cuando camino por la calle, cuando despierto en la mañana o cuando decido ir a dormir, siempre está ahí y el problema es que no lo está. El problema es que quiero devuelta a un fantasma, a un recuerdo que ya ni siquiera me ama y finalmente se que no, no estaba sola y me encontraba rodeada de personas que me amaban, excepto él, que siempre fue lo que yo más amaba, deseaba, los anhelaba. Mi ser por completo me pedía a gritos que regresara, me reclamaba, me atormentaba y me preguntaba porqué nos dejamos ir, porqué me dejaste ir. Sentía ese hueco en el alma, ese corazón hecho añicos.
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Memorias de un corazón roto
Short StoryAquí yacen las piezas perdidas de un corazón roto, el mío o el tuyo. O quizás ambos.