Segunda parte.
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.¿Qué se hace cuando se ha dado tanto que ya no te queda más que dar?
Lo lamento, esta no es otra historia de amor. ¡Que me estaba rompiendo a pedazos, joder! "Cuando uno se enamora se lo quiere gritar al mundo entero". Si, pero uno ahoga esos gritos para sí y prefiere escuchar y vivirlo que hablarlo o escribirlo. Uno no se detiene a escribir sobre ello porque no encuentra siquiera palabras para describirlo. Retomando a aquello, no fue hasta que una parte de mí se rompió que decidí usarla como grafito para descifrar de donde provenía o qué había causado que se desprendiera de mi. ¿Dónde había quedado mi yo completa? O replanteando la pregunta, ¿quién era yo? Quién era yo sin él. Buscando en mi cuaderno de escritos, mi diario, o en un pedacito oculto de mi alma (como usted querido reflejo mío quiera llamarlo), no encontré más que tres escritos desesperados donde hablaba sobre todo lo bonito y desconocido que, mi en aquel momento verdugo, me hacía sentir. Y al leerlas solo podía recordar cada mariposa revoloteando en mi abdomen y mi pecho incendiado al igual que mis mejillas. El calor que le traía a mi alma era inigualable; más caótico que un atardecer en una tarde de verano. Pero no había más. A mi en esos momentos me urgía añadirle un poco de negro a esas páginas blancas continuas a las llenas de palabras de colores que me recordaban todo lo que ya no existía. Si aún no has comprendido nada, solo tengo que decir y con un poco de nostalgia, que la gente cambia y sus sentimientos también. Él, mi mejor amigo, mi amante, y el dueño de mi corazón ya no me amaba y yo lo sentía en cada hueso. ¡Lo sentía hasta en la médula! Y me pesaba ya no ser mirada como lo era ayer. Aquello me rompió y comprobé que era bien cierto que un corazón roto es el más creativo. Y no era que yo buscase serlo pero como dije, un pedacito de mi se rompió, solo así y no comprendí hasta después que no solo había sido mi corazón, sino mi alma. No había forma de arreglarlo porque se había roto todavía más al caer y ya no encajaba en el que alguna vez había sido su lugar. Así que lo use como grafito... a ese y a cada uno de los pedazos que cayeron detrás. Porque le había dado todo de mi, tanto, que llegó un momento donde ya no me quedaba nada. Tan solo eran migajas de todo lo que algún día fui.
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Memorias de un corazón roto
Short StoryAquí yacen las piezas perdidas de un corazón roto, el mío o el tuyo. O quizás ambos.