TRAITOR - Fear Street

.｡.:*✧El fuego renace

Fear Street|| 1994
Jo Crawford
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Apenas llegaron a la preparatoria de Shadyside, Josh dio su idea en marcha. Simon y Jo fueron por ropa a los objetos perdidos, donde además de eso, Jo alcanzó a revisar algunas cosas más.

- Cool - la menor sacó de una de las cajas el libro de Historias de dos ciudades, en una bonita tapa dura en rojo carmín y letras doradas.

- ¿qué tanto vez, Fine? - Preguntó Simon, con ese apodo que aveces utilizaba él en ella.

- El oro que hay en las cajas de los objetos perdidos de la escuela - metió el libro a su chaqueta, rebuscando aún en la caja mientras Simon sacaba ropa que le pudiera servir a los demás - ¡hey!, esto si que es lindo, ¿cómo alguien pierde una bolsa así y no reclamarla?

- Tal vez se perdió apenas ayer.

Jo estaba por responder cuando de la bolsa -de tela que aparentaba mezclilla, tira larga y color café- sacó unas placas de militar, que al leer la inscripción de la primera quedó entre sorprendida y nostálgica.

- Simon, esto en definitiva no es de ayer.

"H. Crawford 1943"
" C. Crawford 1963"

Aquellas placas eran de su hermana, compartida con una que era de su padre, estaban con inicios de óxido y traían coordenadas iguales y una inscripción de una vieja canción, el coro de Starman.

- Carajo, esto es como una máquina del tiempo - dijo Simon detrás suyo, sorprendido por el descubrimiento de la menor - de esas que dejas bajo tierra por años.

- No es todo lo que tiene, la bolsa tiene peso, Simon.

- Entonces tienes que llevártela, técnicamente es de tu propiedad y cuando terminemos con esos hijos de perra, daremos un pequeño vistazo al pasado. ¿te parece?

Jo le sonrió. Asintió con la cabeza, colocándose el bolso alrededor. Simon se se volvió el gesto, dando una caricia a Jo en su barbilla antes de abrazarla de lado.

>> Bien, regresamos, piojo.

Antes de salir, Jo se acercó al botiquín de la oficina para sacar un royo de venda elástica. Salió, caminando detrás del chico, tomando precaución por los pasillos, especialmente por Simon, quien traía aún su sucia camisa con la sangre de Sam encima.

- Oye, yo no me voy a quitar mi chaqueta - le dijo Jo.

- Pero, ¡no entendiste sobre que nos pueden perseguir los locos muertos en vida!

- No dejaré está chaqueta aquí, es igual de valiosa que el bolso que acabó de encontrar, me cambiaré todo lo demás y limpiaré la chaqueta si es necesario con un trapo, ¡pero no la voy a dejar!

- De acuerdo - respondió Simon entre dientes, siguiendo el camino hasta donde se encontraban los chicos, dejando la caja en el suelo.

- Bien, hay que cambiarnos, no podemos tener sangre de Sam.

- Ups, no puedo hacer nada por mi - dicho eso, Sam se empezó a alejar, Deena no tardó en seguirla con ropa de más en las manos.

- Deena, también tienes que lavarte, ni una gota encima.

- Los salones de química también tienes lavabos - dijo la menor - además que están a tres pasillos lejos de aquí, iré a uno aparte.