TRAITOR - Fear Street

•*¨*•.¸El retrato de Solomon¸☆*･ﾟ

Fear Street|| 1666
May Goode
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- papá - llamó May.

Ambos habían llegado a su hogar, la niña se había quedado dormida en el hombro de la papá luego de un rato de camino, sólo había despertado cuando escuchó la puerta cerrarse. Y ahora no podía dormir.

>> ¡papá! - llamó una vez más, a los pocos segundo Solomon entró a su habitación - No puedo dormir.

- Pero ya es tarde para que sigas despierta, grillito - dijo su papá.

Ella hizo un puchero, dejándose caer en su almohada sin dejar de ver al mayor. Solomon se hincó frente a la cama, poniendo una mano justo en los ojos de la niña, tapándolos.

>> Alguien ya se tiene que dormir porque mañana se tiene que levantar temprano.

- Sí, tu - dijo ella entre algunas risas.

- ¿yo, porqué? - preguntó, siguiendo el juego de la rubia.

- Porque tu trabajas - explicó la niña. Solomon quitó su mano de los ojos de May, regalando una sonrisa igual que la de la niña.

- Niña lista - comentó, pellizcando con cariño una de sus mejillas - entonces, mañana tu y yo trabajaremos en la tierra, hay que cultivar en otro intento, así que ya debes ir a dormir.

- Pero realmente no tengo mucho sueño.

- Haz el intento, cerraré bien tu ventana para que ningún insecto te moleste - el mayor de levantó, haciendo lo la he había dicho y de paso, apagando la luz de la pequeña llama en su vela - y cierra los ojos, trata de dormir bien, mi grillito.

Le dio un beso en su sien y arropó su cuerpo, saliendo del cuarto de unas a la pequeña en una posición de calma.

May cerró los ojos, tenía su muñeca en su brazo que era tomada con fuerza al ser rodeada, su respiración se comenzaba a calmar y los ojos le pesaban poco a poco, indicando que el sueño llegaría a ella pronto.

Antes de acomodarse de lado, escuchó por fuera la puerta de su casa ser abierta y una persona alterada que bien conocía.

- ¿Sarah? - se preguntó ella, pues le era extrañó tenerla de visita a esa hora.

Apenas escuchaba a medias, entendía el sentimiento de desesperación y miedo de Sarah, junto aquellas explicación sobre un libro extraño, cualquier cosa que siguiera, acabó cuando las voces de muchos se escucharon alrededor, el furor hacia su padre y como él le pidió a Sarah que se ocultara.

La voz era clara, se trataba de Caleb. Tantas veces escuchando esa voz en un tono incómodo cuando se le acercaba o a Constance, hablando sobre su cabello o sus ojos. si en algo hacía casi sin objeción a su padre, era sobre no acercarse a él o a Thomas, May sólo sabía que era porque la hacia sentir nerviosa y a Thomas, por ebrio.

Por el pequeño hilo de luz de su ventana alcanzó a ver la llama de una antorcha. Gente rodeaba su hogar buscando a Sarah, eso le dio escalofríos.

La plática entre su padre y Caleb se intensificó, las exclamaciones estaban casi cerca de su puerta.

- ¿¡que tienes en el baño, Solomon!? - preguntó Caleb, después, el sonido de alguien estampado en la pared resonó por la madera.

- No hay nada ahí - respondió su padre.

- Déjame ver, ¿qué quieres esconder?

- Te lo voy a repetir. No hay nadie aquí, más que mi hija y yo.