Dahlia (Pausada)

Capítulo 10: Viaje en tren

Dahlia:

El día llego a su fin pasándola bien al lado de Piero. Fuimos al mirador, comimos unos helados super extraños pero deliciosos y luego me trajo a casa prometiendo volver a repetirlo.

Mi teléfono comienza a sonar, me fijo en el nombre y el recuerdo de la enfermera contándome de la inesperada visita de Gabriel llega a mi mente, tomo la llamada lista para interrogarlo cortésmente

—¿Por qué visitaste a mi abuela? ¿Qué carajos pasa contigo? Pudiste haberla matado de un disgusto

—Hola querida, siempre es un placer hablar contigo —finge amabilidad

—Al punto Gabriel, ¿Qué buscabas yendo?

—Nada, solo quería saber cómo estaba la loca de tu abuela, por si no sabes soy un ser humano y puedo llegar a apreciar a alguien aunque el sentimiento no sea mutuo —contesta mandándome la indirecta que rápidamente capto

—Espero que sea así, cometí el error de pedirle a mi novio que me llevara y la abuela se alteró, creí que en cualquier momento comenzaría a hablar así que tuve que pedir que la sedaran

—A la próxima que quieras visitarla intenta ir sola y no llevar a tu... —dejo de escuchar su voz y reviso si colgó la llamada pero seguía en la línea— espera ¿novio? Dime que no dijiste novio, por favor

—Si, dije que tengo novio —repito

—Voy a contarle a Evan para que me averigüe y haga todo lo que yo no puedo hacer desde aquí

—¡NO! Joder porque eres tan chismoso, Gabriel... ¿Gabriel? —mierda, ahora si colgó enserio

Como la otra vez, 10 minutos de haber finalizado la llamada entra otra de Evan

—Si vas a ser un grano en el culo como lo es Gabriel voy a bloquearte —lo escucho suspirar, eso no es bueno— ¿Evan? ¿Qué sucede?

—Es Keiran —Maldición, no de nuevo

—La dirección esa que me diste está a unas horas de aquí en tren ¿no?

—No vayas a hacer lo que estoy pensando, mañana tienes escuela y es peligroso que salgas de casa a estas horas

—¿Siguen ahí sí o no? —me desespero

—Si, joder. Si te pasa algo Gabriel va a matarme, prométeme que vas a cuidarte Dahlia y por favor intenta mantenerte en casa, juro que te voy a llamar en cuanto las cosas mejoren

—No, Evan. Ya hui una vez, juré no volver a hacerlo y pienso cumplirlo — le aseguro— No le menciones esto a Gabriel si es que te llegas a comunicar con él, tal parece que está yendo bien en su tratamiento y no soy tan hija de puta como para hacerlo sentir peor de lo que seguro se siente

—No le diré nada —promete

—Bien, nos vemos pronto

—¡¿Qué?! ¡Te dije que yo te voy a avi.... —cuelgo y corro hacia mi closet, tomo varias prendas y las meto a mi mochila.

Les envío un mensaje a Irina y a Piero avisando que tuve una emergencia y que estoy saliendo de la ciudad unos días, no obtengo respuesta de ninguno de los dos, reviso la hora y veo que ya es media noche, claramente están dormidos.

Pido un Uber y este llega en cuestión de minutos, las calles de la ciudad están desoladas y uno que otro local se encuentra abierto, rezo por que aun queden boletos para poder viajar.

Como es un tren local casi a todas horas del día salen los trenes hacia diferentes destinos, el problema es que los de la noche suelen agotarse más rápido porque las personas quieren llegar al amanecer.