Capítulo 1: De regreso

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Dahlia:

—Ella es —me señalan

—Shh...no la mires así —lo codea la chica que está a su lado

—El año pasado me toco entregar un trabajo con ella y se veía feliz, que lástima todo lo que le está pasando ahora—Susurran a mis espaldas

Intento relajarme y tatarear una canción para así evitar escuchar los murmullos del resto, me acerco a mi casillero, tomo los libros que necesito en las primeras horas y aceleró el paso cuando siento que más personas empiezan a llegar y los murmuros se intensifican

—Señorita Bonnet —me detiene Angelica, la psicóloga de la escuela— Necesito hablar con usted un momento

—¿Tiene que ser ahora? —Pregunto inquieta mirando a mi alrededor notando como algunos estudiantes se detienen, hablan y me miran sin ningún tipo de disimulo

—Lo lamento, sé que estas un poco incómoda pero realmente es importante

—Está bien, que sea rápido —asiente

Camino detrás de ella hasta llegar a su oficina, abre la puerta mostrándome una habitación bastante ordenada, tomo asiento y espero a que me diga lo que tanto le impacienta

—Este año es muy difícil para ti, Dahlia, el director y todos en esta institución estamos dispuestos a brindarte la ayuda necesaria —suspira— muchos no estaban de acuerdo con esto, pero siento que es necesario que te entregue los apuntes y pertenencias que estaban en el casillero de tu hermana —Coloca sobre mis piernas una caja.

Me estremezco cuando noto lo que está escrito en uno de los lados «Pertenencias de Kaira Bonnet»

—Muchas gracias por guárdalo, Angelica —agradezco

Sonrío involuntariamente cuando distingo lo que sobresale de la caja, su "bolso de los porsiacasos" como ella lo llamaba

—¿Por qué diablos no traes todos tus libros y los dejas en el casillero? ¿Es de tu conocimiento que están para eso, cierto? —le reclamo

—Es que tengo cosas más importantes guardadas ahí —abre su casillero y veo un bolso gris con bordados rosados que ocupa la mitad del casillero

—No llevarías tanto peso en la mochila, si no tuvieras tanta mierda en tu casillero

—No es mierda —me mira ofendida— es mi bolso de emergencia

—¿Tu qué? ¿De qué? —Pregunto confundida

—Es mi bolso de emergencia o como prefiero llamarlo el bolso de los porsiacasos —sonríe orgullosa

—Sabes que para Marie Kondo los porsiacasos son un enemigo del orden —bromeo, Kaira rueda los ojos

—A veces dices cosas tan extrañas, Lía —ríe

—Entonces está bien que te lo entregue o prefieres que se quede aquí —la voz de Angelica me trae a la realidad

—No —niego rápidamente— me gustaría conservarlo

—Me alegra oír eso, es algo que debemos aceptar y con el tiempo superar —asiento— entonces, Lía...

—Dahlia —corrijo

—Tienes razón, Dahlia —repite— no te quito m6ás tu tiempo, deseo que este año escolar te vaya de maravilla y cuando me necesites no dudes en acercarte, siempre estaré encantada de poder brindarte mi ayuda —sonríe amable

Me despido y me encamino a mi primera clase, me siento más libre caminando por los pasillos vacíos, me detengo en mi casillero e intento acomodar las cosas de Kaira que a duras penas alcanza a cerrar

Dahlia (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora