No mames, ¿una niña?

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Así conociste y hablaste a los chicos por primera vez:

𝐀𝐥𝐛𝐲.

Te tendió la mano para ayudarte a salir de la caja, se quedo mirándote con mucha confusión en su cara y tú solo atinaste a levantar la mano y mover tus manos como saludo, una sonrisa pequeña en tu rostro fue lo que lo atrapó enseguida.

–Ahm... bienvenida al área. ¿Recuerdas algo? ¿E-estás bien?

Los habitantes rieron por su voz temblorosa. Te pareció muy raro ver puro hombre, todos desconocidos para tí, te fuiste alejando poco a poco hacia atrás y te aventaste a la caja.

–¡¡¡No me toquen, salvajes!!! ¿¡Dónde demonios me han traído, cabezas huecas!? ¡¡Quiero hablar con su supervisor, el presidente, la policía, lo que sea!!

Pasaron dos días para que Alby logrará tener tu confianza y así sacarte de la caja. Desde ese entonces, el apodo "Loca" sería el que más te diría el guapo líder moreno de labios tentadores.

 Desde ese entonces, el apodo "Loca" sería el que más te diría el guapo líder moreno de labios tentadores

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𝐍𝐞𝐰𝐭.

Llevabas apenas una semana en el área. Al ser mujer y un caso completamente ajeno para los chicos, decidieron que harías pocas tareas en el área, a veces ayudabas en la cocina, en el criadero de animales, con los docs, etc.

Te parecía algo injusto, pero Alby había dado una orden y todos acataron a ella. Sin embargo, ese día estabas decidida a demostrarles a todos esos shanks que podías con cualquier cosa.

Lastima, sólo hiciste el ridículo queriendo arreglar las mesas y algunas sillas. Sólo les faltaban algunos clavos y cuerdas para que pudieran estar firmes.

Estabas apunto de clavar el clavo con ese martillo improvisado que Gally dejó a la vista, pero, por alguna razón, al alzar tu mano para tomar vuelo, el martillo salió de tus manos llendo hacia atrás.

Una queja te alarmó y te levantaste rápido para ver lo que habías ocasionado: Le diste en las pelotas a Newt. El chico rubio que no te había dirigido la palabra esos días que llevabas en el área.

–Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento. En serio no fue a propósito, te juro que fue un accidente.

–No, no, tranquila, estoy bien. Sólo... sólo... acabas de romperme las bolas, niña.

–Lo siento, lo siento mucho. Te puedo ayudar, déjame ayudarte. ¿Qué puedo hacer por ti?

–Dame un beso que quita el dolor.

–¿Qué... e-en serio?

–Sí y en las bolas, que es donde me has herido.

One Shots × The Maze Runner シ︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora