En las montañas. (1/3)

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-¡¿Pero qué Diablos te pasó Santana!?- gritó Carlos, levantándose de un salto del sofá negro de aquella enorme casa, al ver a su hija llegar con rasguños y unos golpes que se convertirían en unos horribles moretones, acompañada de los hermanos Puckerman.
Ya tenía suficiente con lo que había ocurrido esa mañana y con que su hija se hubiera escapado, y ahora llegaba así.

-¡Por Dios! No es nada, sólo me tropecé y caí en unos arbustos de espinas.- inventó rápidamente la latina, aunque ciertamente el leve tartamudeo de su voz la delató ante su padre.

-¡Santana Diabla López! ¡Dime la verdad!.- dijo Carlos alzando la voz, pero no lo suficiente para que llegara a ser un grito.- ¡¿Y dónde Diablos dejaron a Rachel?!

-¡Ya te la dije!.- espetó ella, tratando de quitarle importancia al asunto.- Y al enano ese ya lo dejamos en su casa.

-Escúchame Santana, sabes que no me puedes engañar así de fácil.- dijo, viendo seriamente a su hija, luego se dirigió a Noah y Reagan.- ¿Ustedes que saben?

-Nada, sólo fue eso, se calló encima de unos arbustos.- dijo Reagan, fingiendo un tono despreocupado y tratando de no sentirse intimidada por la severa mirada que les estaba dedicando Carlos.

-¡Reagan!- envió Ricahrd una severa mirada a su hija.

-¿Noah?- preguntó Carlos con seriedad.

-Es como ellas dicen...- dijo él simplemente, encogiéndose de hombros.

-¡Ahhh!.- soltó Carlos con frustración.- Escúchame bien, Santana, esos golpes no son de un simple arbusto de espinas, algo pasó, y sino me dices lo que realmente ocurrió estarás castigada hasta que me digas.- Dijo, mirando a su hija a los ojos con enojo, ella le sostuvo la mirada con una ceja en alto, sabiendo que al menos esa noche no le diría la verdad.- bien, si así quieres, no habrá salidas y no podrás hacer uso de tus poderes.

-¡Uff!.- soltaron Reagan y Puck al unísono.

-Ustedes también están castigados.- dijo Richard, mirando a sus hijos severamente.

-Pero...

-Nada de peros, Noah, ustedes estaban con ella, así que saben lo que pasó, y les aplicaré el mismo castigo hasta que me digan la verdad.

-¡Pero papá!- se quejaron ambos.

-¡A SU HABITACIÓN, AHORA!.- gritó Richard, y sus hijos subieron a regañadientes.

-Perdón por es disturbio Rich, yo..

-No, esto es culpa de los tres, no te preocupes.- tranquilizó el hombre a su amigo.

-Bien, nos vemos mañana.- se despidió Carlos.- Ya vámonos, Santana, despídete.
La morena sólo resopló y salió de la casa dando un portazo.

-Lo siento, ya sabes que es como su madre.- dijo Carlos con un suspiro de frustración y nostalgia.

-No te preocupes, Carlos, mejor vete antes de que se vaya con todo y tu auto.- se rió el hombre, antes de ver a su amigo desapareces por la puerta de madera.

Ya en el auto se encontraba Santana sentada en el asiento del copiloto. Estaba de brazos cruzados y con una cara de verdadero enojo.
Carlos entró al coche y se sentó en el asiento del conductor, dando un resoplido audible.

-Mira hija, ¿por qué no simplemente me dices la verdad?- dijo él más calmado, ella no respondió.- Santana... Por favor.
Pero la chica no dijo absolutamente nada, se limitó a mirar por la ventana la intensidad de la noche, y el hermoso cielo lleno de estrellas.
Eso sacó de sus casillas a su padre.

Aférrate a mí. (Brittana Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora