𝙷𝚊𝚙𝚙𝚢 𝙴𝚟𝚎𝚛 𝙰𝚏𝚝𝚎𝚛| 𝚂𝚊𝚗𝚘 𝚂𝚑𝚒𝚗𝚒𝚌𝚑𝚒𝚛𝚘

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El recobrar todos mis sentidos de un momento a otro fue demasiado raro, ahora ni siquiera estaba en mi departamento, ni siquiera era de noche. El ver todo mi alrededor me resulto un poco familiar, ¿Dónde estoy?

Pareces perdida. - se alcanzó a escuchar justo detrás de mí.

Esa voz...Shinichiro. Mi única reacción fue salir corriendo hacia él y aferrarme a su cuello como si mi vida dependiera de ello, todo esto se sentía muy real, tanto que sería muy doloroso que solo fuera un sueño.

¿Dormiste bien linda? - pregunto el azabache pasando sus brazos por mi cintura. - Es Miércoles, ¿no iras a clases?

¿Clases? - pregunté confundida a lo que el asintió.

Dijiste que esta semana tendrías más para ser más adelantada. - contesto alejándose de mí. - Aunque debo de admitir que estas loca, acaba de empezar el año.

¿Qué día es...? - pregunté al ver como seguía preparando todo, estaba en su tienda.

Seis de agosto. - contesto el chico. - Hace poco más de una semana nos comprometimos,así que pronto hablaremos de nuestra boda. - dijo para voltear de nuevo hacia a mí y darme una sonrisa. - Serás la novia más hermosa de todas.

Seis de agosto. - murmure tratando de reaccionar. - Una semana...

¿Estás bien? - pregunto al ver que parecía estar perdida y a nada de llorar. - No vayas a clases si no te sientes bien, ve a descansar y te llevaré algo de comer en la noche, ¿sí?

Eres un ángel. - dije al escuchar aquellas palabras. - Estoy bien, no te preocupes.

¿Fue algo que hice? - pregunto acercándose a mí. - No creo que haya olvidado algo... ¿o sí?

No, no es nada amor. - contesté tomándolo de sus mejillas y darle un beso en sus labios. - Solo fue una pesadilla, una mala noche.

Bien, entonces si iré a dormir contigo hoy. - afirmo aun temiendo mis manos aplastando sus mejillas. - Pateare al que sea que haya hecho que te sintieras mal.

Te amo demasiado. - murmure para después volverlo a besar. - Me iré ya, te veo en la noche.

Nos vemos linda. - contesto el chico para soltarme.

Salí de la tienda para caminar un poco más y por fin soltar un grito de dolor, el aún estaba vivo, él está bien, ¿Cómo diablos puede ser seis de agosto? ¿Por qué una semana antes?
Tratando de razonar en mi camino a la universidad puede que haya dos opciones.

La primera, me volví loca y lo está pasando solo por mi cabeza, es un sueño.
La segunda, de verdad viaje en el tiempo, no es un sueño y puedo salvarlo.

Mi lado lógico me dice que es la primera, mi lado sentimental que es el segundo. Pendemos un momento, lo último que recuerdo es tomar el anillo y el resplandor, en el raro caso que si haya pasado ese pudo ser el detonante.

Ahora, ¿Cuál es el plan? Ni yo lo sé.
Cabo de destacar que mi discusión conmigo misma preocupo a la gente que pasaba a mi alrededor al verme murmurar cincuenta cosas a la vez mientras daba el aspecto que había ingerido sustancias nocivas y nada cristianas.

Dejando de lado el claro colapso que sufría entre a clases solo para hacer acto de presencia y uno que otro apunte dejándome llena de preguntas del que podría hacer en caso de que todo esto estuviera pasando de verdad.

Por ahora el primer paso, comprobar que no era un sueño a lo que procedí a pellizcarme, duele, así que no lo es, es verdad.

Segundo paso, cerciorarme que todo fuera como lo viví. Recuerdo que había una pelea en el comedor y suspendieron a los de tercer semestre de contabilidad por pelearse con los ingenieros. Procedí a acercarme unos dos minutos aproximadamente de que empezara, para mi mala suerte quedé en el medio de la pelea y las manchas de kétchup y pure de papa era la respuesta, todo paso.