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Les mentiría si dijera que no estaba agotada, mentiría si dijera que no he fracasado, acabo de regresar por séptima vez la semana, todo lo que hago sigue sin cambiar absolutamente nada.

Intenté hablar con Baji y Kazutora, igual lo hicieron.
Intenté que Shinichiro se fuera temprano, suena tonto, pero le di un casco, ¿Qué paso? No lo uso.
Intenté distraerlos para que no entraran a la tienda.
Intenté asustarlos de la tienda, pero aun así no funciono.

Es una pesadilla de la cual no puedo escapar.
No importa lo que haga, Shinichiro sigue muriendo en mis brazos.
Tal vez sea hora de dejarlo ir.

Sábado 9 de agosto del 2003
3:00 a.m.

¿Piensas en algo? - preguntó Shinichiro al verme sentada en la cama. - ¿Estas bien?

Ni yo lo sé. - conteste para después sentir movimiento en la cama, él se había sentado frente a mi. - Vuelve a dormir, te hará mal.

Me hace más mal el verte así. - contesto prendiendo la pequeña lampara de mesa. - Dime que pasa linda, estoy para ti.

Realmente me hacía sentir peor, ¿Cómo debo decirlo? Ni si quiera debo pensar en decirle "morirás el sábado".

Un maestro puso una situación. - mencione tratando de explicarlo de una manera no tan obvia. - Si una persona que amas está a punto de morir y tú debes de hacer tu trabajo como doctor debes mantenerte profesional. - seguí a lo que él seguía escuchándome- Entonces, si la persona llegara a morir, ¿Qué podría hacer? ¿Resignarme?

El silencio de Shinichiro se hizo presente unos segundos para después tomarme entre sus brazos haciendo que me apoyara de su hombro.

Puedes salvarla. - murmuro acariciando mi cabello. - Odiaría que realmente estuvieras en esa situación, evitaré a toda costa que pase.

¿Lo prometes? - pregunte en un murmuro aferrándome a él. - No quiero verte herido, si realmente pudiera daría mi vida por la tuya.

No, no lo harás. - contesto de la misma forma. - Eres mi razón para vivir, créeme si realmente pudiera bajar la luna te la daría.

Eso ultimo me hizo sentir peor, ¿Cómo pude considerarlo? ¿Cómo pude pensarlo? Esas palabras me hicieron recapacitar, salvaré a Shinichiro esta vez.

No llores, estoy bien. - murmuro para dejarse caer en la cama conmigo. - Dormiré hasta que tú lo hagas.

El sentir aun su calor, su tacto, la fuerza de sus brazos mientras me abrazaba me hacía sentir tranquila, no sé qué tanto tenga que hacer, pero lo salvaré y nos casaremos.
No importa cuantas veces tenga que verlo morir, yo cambiare eso.

Lunes 11 de agosto del 2003.
12:00 p.m.

Llegaste por mí a tiempo. - mencione tomando la mano de Shinichiro. - ¿Iremos por Emma y Mikey?

Iremos a comer con ellos. - respondió volteando hacia mis compañeros. - Te están viendo.

Pero solo te veo a ti. - conteste jugando con su mano. - Vamos, no los golpees.

Un beso. - dijo dejando de caminar. - Uno.

Eres un celoso. - murmure para aceptar su petición y que después tomara mi cintura. - Vamos, si no se irán a casa solos.

Es mía no la vean. - hablo después de separarse de mi ignorando lo que dije.

¡Hey! - regañe dándole un pequeño golpe en su brazo.

𝙷𝚊𝚙𝚙𝚢 𝙴𝚟𝚎𝚛 𝙰𝚏𝚝𝚎𝚛|  𝚂𝚊𝚗𝚘 𝚂𝚑𝚒𝚗𝚒𝚌𝚑𝚒𝚛𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora