El amor es para compartir. • Luca y alberto •

02

Luca estuvo toda la jornada de trabajo escuchando a sus compañeros hablar sobre el castillo.
Apenas habían pasado la noticia por la radio todos enloquecieron por la idea de trabajar ahí. Murmuraban y soñaban con conocer al príncipe y vivir juntos de por vida. Luca estaba harto de escuchar toda esa basura.

-Luca, imagínate esto. Yo Alana con el apellido Marcovaldo, tendría sirvientes y comida exquisita cuando yo quisiera, armarios llenos de ropa y un chico guapo a mi lado- Dijo Alana mientras daba vueltas con un vestido en las manos.

-Bájate de esa nube Alana Testa - Le arrebato el vestido y lo guardo en una caja -¿Enserio no quieres aspirar a nada más? Tal vez estudiar, ir a la universidad o simplemente ser libre.

-Luca tu ya estas viejo para ir a la universidad y aparte no tienes ni un centavo. Yo prefiero casarme y vivir a gusto en mi castillo - Dijo Alana sonriendo y llendo hacia su máquina de coser.

Luca esbozó una pequeña sonrisa y siguió con su trabajo.

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Por lo que restó de la tarde Alana venía a molestarlo más de lo normal, insitiendole que vayan al castillo, que trabajen ahí y consigan una mejor vida.

-¡Alana! -grito luca y todos lo voltearon a ver -Te dije que dejes mis cosas y ya es la octava vez en el día que me hablas sobre el castillo. No es no, no vamos a ir allí tu ya sabes que nos van a rechazar si postulamos, no quieren a gente como nosotros ahí. -Dijo arrebatandole unas telas a su amiga.

-Luca estas tonto, porque crees que lanzarían una convocatoria al pueblo si no quisieran a gente como nosotros ahí. Obvio necesitan sirvientes que sean de abajo, trabajamos bien y no cobramos tanto - Dijo pasando su brazo por encima de los hombros de Luca.

–Lo se, pero tengo miedo, no es bueno relacionarse con gente tan importante y poderosa, en serio no quiero que nos pase nada–

–Prometo ser cautelosa y no meterme en problemas si eso es lo que te preocupa, porfavor Luca, quiero conocer el castillo –Alana puso ojos de cachorro, mientras le suplicaba a Luca.

–Lo pensaré, ahora déjame trabajar

Alana le insistia a su mejor amigo todos los días, aunque siempre recibía una respuesta negativa.

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