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capítulo cinco: "pluto projector"

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28 de abril de 1968


Se ve muy diferente a unas semanas, pensó Meredith mirando de reojo a su esposo que bebía té en el salón mientras ella tocaba el piano como de costumbre.

Su intuición le decía que algo pasaba con el joven millonario; dormía poco por las noches y era delatado por las tenues ojeras debajo de sus ojos, estaba más despistado que de costumbre y se perdía en sus pensamientos, luego se estresaba y le gritaba a su esposa sin razón alguna para irse a su estudio a encerrarse por horas.

Aunque Meredith no sintió verdadero amor por el joven de todas formas se preocupaba. Llevaba conviviendo con un año y medio en esa gran casa haciendo lo que todo matrimonio de la época hacía.
Su padre le mencionó el tema de tener un descendiente para asegurar dinero de Park, pero ella no se creía lista para un embarazo a tan temprana edad y suponía que su esposo tampoco tenía entre sus planes un bebé.

No podía decir que Jimin era malo con ella, de hecho era todo lo contario; era atento y amable, claro que como todo hombre solía coquetear con mujer bella que se le pasaba por enfrente pero no hubo engaño hasta el momento. Quería amarlo pero simplemente no había un sentimiento más grande al que tenía ahora por él.

"Señora, hay alguien en la puerta". Anunció una de las sirvientas y ellas asintió dándole una mirada a su esposo, el que no había escuchado por estar perdido en sus pensamientos.

La sirvienta fue a la puerta para darle el paso a la visita indicándole el camino a la sala donde lo esperaban los Park e hizo una leve reverencia.

"Buenas tardes". Habló llamando a la atención de Park, quien sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Miró en su dirección notando como él le miraba expectante.

Oh dios, su cabello desordenado lo hacía ver más joven una imagen más casual del azabache.

"Señor Min, es bueno verle". Sonrió Meredith desde el piano dejando de tocar las teclas.

"Lo mismo digo". Dio una pequeña sonrisa arreglando su abrigo color negro. "Venia por Park para ir a la ópera, me lo prometió".

¿Prometer ?, y sigue con las mentiras... Pensó Jimin mirándolo con desconfianza.

"Oh, ¿de verdad?" Éste asintió a la joven. "Claro que deben ir, Jimin ha estado un poco despistado". Dijo levantándose del pequeño banco junto al piano para acercarse a su esposo y dejar la tasa de té sobre la mesa de centro alentándolo.

Jimin sin ganas de pasar la tarde con el azabache se colocó su abrigo por insistencia de su pareja por si volvían tarde de la función, sabía que podía durar horas y no quería que su esposo se enfermase por causa del mal clima. Sin más salieron de la gran casa de los Park los dos masculinos con un silencio un poco tenso donde ninguno se atrevía a sacar conversación.

"Uhm... ¿Te gusta la ópera?" Habló Min rompiendo la tensión del ambiente y el menor asintió tratando de ignorar la mirada del azabache sobre él. "Perdón por no dar previo aviso".

"No hacía nada de todas formas..."

Minutos después de esa corta conversación llegaron al teatro de Londres donde Yoongi pagó las entradas de la función que era en unos minutos más y tomaron los asientos de arriba para apreciar de mejor forma la actuación y el canto.

Jimin sintió muchas cosas cuando estaba junto al pelinegro de tes pálida, se sintió incomodo por agradarle su presencia y se aborrecía por sentir eso.
En cambio Yoongi estaba dolido por la distancia que hacia el menor, lo evitaba y ni lo miraba pero al menos aceptó su invitación.

La presentación comenzó cuando los telones se abrieron y la banda comenzó a tocar mostrando una joven de gran vestido y peluca prominente cantar en tono alto.

Jimin maravillado con la voz del joven estudio sus ropas y gestos al cantar, era una mujer muy hermosa.

Yoongi ya había visto esta presentación con Solar, ella estaba muy emocionada por verla pero no quería ir sola y luego del termino de pensó en si al joven de cabellos grises le gustaría. Y no había duda de que le había encantado, sus ojos brillaban y una pequeña sonrisa adornaba sus labios sin notar como el azabache le miraba cada detalle de su delicado rostro.

"Esa joven tenia talento". rió luego de salir del auditorio junto al mayor aún conmocionado por el final.

"Claro, es una de las mejores del país". le sonrió mientras el contrario aún trataba de procesar la presentación. Min arregló el abrigo de Park haciendo que éste se sorprendiera por su acción, eso es algo que suelen hacer las parejas. "Hace frio, no te debes resfriar".

Tomó distancia caminando al lado Jimin a alguna dirección, aunque ambos no sabían a donde se dirigían.

"La luna ya está en cielo". murmuró Yoongi mirando el manto azulado lleno de estrellas. "y apenas son las ocho"

"En invierno oscurece más temprano, pensé que lo sabías Yoongi." dejó salir por sus belfos el característico humo blanco debido a la temperatura del ambiente, en cambio el azabache tenia la punta de la nariz color carmín pero seguía pálido. "Muchas gracias por la invitación, nunca había presenciado la ópera".

"Lo sé, lo noté en tu rostro". le dio una corta mirada al peligris que tenia sus mejillas y labios en un color carmín por el frío. "Prometí mostrarte la otra parte del mundo".

"¿A eso te referías? ¿Una relación con un hombre?"

"No, te doy una perspectiva distinta de la vida".

Min le sonrió ladino antes de correr hacia el puente posando sus antebrazos en el barandal y apreciaba el cielo reflejado en el agua que avanzaba tranquila por debajo del puente. Jimin se le acercó apegando su hombro al del mayor.

"¿Que opina del sol, Yoongi?"

"Nunca me habían hecho esa pregunta..." soltó una risita antes de meditar la pregunta. "El sol brilla pero no es tan reluciente como la luna, cuando se enamoró comprendió que la envidia no era más que amor y admiración hacia ella."

Jimin se quedó en silencio cerrando sus ojos por unos instantes recostando la cabeza suavemente en el hombro del azabache sintiendo la brisa nocturna.

"Es lindo su pensar, Yoongi". El mencionado sintió su respiración cortar por unos leves segundos y sonrió.

"Tu eres lindo, príncipe ". Se armó de valor esperando la reacción del peligris tomando distancia.

Park rió suavemente apoyando sus ante brazos en el barandal acercándose al borde para observar el agua del fondo.

"No seas bobo". bajó su mirada antes de elevar su rostro hacia la luna con una ligera sonrisa mientras cerraba sus ojos. "No soy un príncipe".

Yoongi maravillado con el perfil del peligris se quedó en silencio admirando como la luminosidad de la luna hacia que la delicada piel del menor brillara.

"Eres digno de ser un príncipe Jiminnie".

Su corazón palpitaba más rápido de lo que creía que podía.

Y era por Min Yoongi .

















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&quot;rises the moon&quot; yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora