El viaje me pareció más rápido de lo que debería e imagino que se ha debido a la vertiginosa velocidad a la que conduce Daniel por las calles de Londres. Aparca el auto en su plaza correspondiente con una destreza típica de corredores profesionales.
— ¿De casualidad también te entrenaste en carreras de autos?
—No—bueno eso es una suerte—. Pero recuerda que me gustan los deportes extremos, así que más bien es un hobby personal.
—Lo imaginaba.
Presionó el botón del ascensor y después el botón de PH. Se sacó la tarjeta del bolsillo, la introdujo en el panel y la retiró. El ascensor cerró las puertas y comenzó el ascenso.
— ¿Qué estás haciendo? —le pregunté mientras el se aceró peligrosamente a mí como una fiera.
—Lo que he deseado hacer desde New York.
Vagamente recuerdo que había prometido desnudarme en el próximo ascensor que no tuviese cámaras.
—No creo que este sea un buen lugar para esto. —le dije retrocediendo hasta una de las paredes del ascensor.
—Es el mejor de todos. —dijo deteniéndose frente a mí.
—Hay cámaras. —le dije señalando hacia la parte superior del ascensor donde hay cuatro cámaras, una en cada esquina.
—Mmm. —dijo mientras acercaba sus labios hacia mi cuello y comenzaba a besarme.
—Daniel, que alguien nos podrá ver.
Se separó de mí en ese mismo instante.
—Primero; el ascensor es privado, así que nadie nos va interrumpir— me dijo mientras se zafaba la americana y la tiraba al suelo—. Segundo—se sacó la pistola poniéndola en el suelo cuidadosamente—; las cámaras de seguridad son mías, así que solamente tú y yo podremos ver ese video más tarde. —me dijo señalando una de las cámaras.
Lo observo detenidamente mientras se saca los gemelos seguidos de la camisa tirándolo todo al suelo. Daniel me mira fijamente, con una sonrisa traviesa en los labios mientras yo me quedo mirándolo hipnotizada. Se encuentra desnudo para arriba, solamente le quedan los pantalones y los zapatos.
— ¿No hay tercero? —le pregunté tragando el nudo que se formó en mi garganta mientras lo miré, ahora zafarse los pantalones. Todo mi cuerpo se estremeció de la cintura para abajo.
—Y tercero—dijo mientras se sacaba los pantalones y pegó su cuerpo al mío dejándome sentir su enorme erección—; me tienes así desde esta mañana y no aguanto ni un jodido segundo más sin estar dentro de ti. —me dijo mientras mi cuerpo se deshizo completamente entre sus brazos.
—Pues, soy toda tuya. —le respondí separándome de él un poco y dejando caer el sobretodo al suelo.
— ¿Te gusta mucho ese vestido? —preguntó mirándome con fiereza.
—Me gustan más los jeans. —respondí no sabiendo a que vino su pregunta.
Y entonces tras poner sus manos rápidamente sobre mis hombros, tomó el vestido y lo rasgó desde arriba hasta abajo completamente, deslizándolo hacia el suelo hecho añicos.
— ¡Por dios! ¿Tampoco traías sujetador?
Miré hacia abajo a mi cuerpo completamente desnudo frente a él.
— ¡Ups! Olvidé mencionarlo. —ni yo misma me acordaba que con este vestido no lo había necesitado.
—Creo que llegó el momento de mi venganza—dijo mientras se bajaba los bóxers liberando su erección—. Olvida mi nombre verdadero y recuerda quien soy para ti ante todo el mundo. ¿De acuerdo? — me susurró en el oído haciéndome estremecer.
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Price© ✔️(+18) #2 La Misión
RomanceLa vida de Katerine había cambiado mucho en solo una noche. En una noche se había acostado con su jefe y en otra él le había revelado sus secretos. Y se le acababa de complicar la vida. Todo había ocurrido muy rápido, y ella no tenía idea de que la...