Propuesta

261 19 0
                                    

Tanjiro POV

Dos meses. Sólo faltan dos meses- Pienso mientras comienzo a juntar las maderas preparadas para el techo de mi nuevo hogar – En dos meses estaré casado con mi amada Kanao – Me sonrío.

- OYE TANJIROU -Escucho a Zenitsu detrás de mí – NO CREO QUE ESTAS MADERAS SEAN SUFICIENTES – Grita al mismo tiempo que inspecciona la pila de tablas al costado de donde estábamos construyendo. Nezuko, que estaba allí preparándonos el almuerzo, asiente dándole la razón a su futuro esposo.

- Lo sé – Le respondo – Inosuke ha ido por más, no creo que se tarde demasiado. Se ha ido muy temprano – Termino de decir y tras un "Ya veo" de Zenitsu, lo veo tomar una de las maderas y dirigirse a la casa en construcción para comenzar a colocarla.

De repente empiezo a sentir un olor distinto al de nosotros cuatro, tampoco es el de Kanao. Me pongo alerta por la costumbre hasta que lo reconozco: Es un olor conocido y amigable.

- ¡Aoi! Qué bueno verte – La saludo inmediatamente cuando la veo a pocos metros de distancia. Zenitsu hace lo mismo desde el techo de la casa y Nezuko se acerca a ella para darle un abrazo.

Desde que la conocimos, la presencia de Aoi nos ha dado a todos sensaciones contradictorias. Le temíamos cuando estaba enojada pero, a su vez, nos sentíamos aliviados cuando nuestras heridas -y vida- dependían de su inteligencia y bondad. Por esa razón, me pareció increíble la idea de que convirtieran la finca en una sala de enfermería ¡Nadie mejor que ella para ese trabajo!

No es extraño que, luego de haber compartido todo lo que hemos vivido, nos hayamos hecho buenos amigos y tomado cariño el uno por el otro. Sin embargo, en los últimos años, algo en mí me decía que, tal vez, el cariño que Aoi sentía por mí podía no ser precisamente de amistad.

En más de una ocasión la vi sonrojarse ante un agradecimiento y cumplido o avergonzarse en mi presencia, algo que antes no era habitual -aunque podía tratarse de un malentendido- Y fue precisamente esa la razón por la que pospuse por un tiempo mi compromiso con Kanao: no quería que Aoi se sintiera lastimada, ella era una amiga muy preciada para mí.

Y pensé de esa manera hasta que un día Zenitsu me abrió los ojos.

----------------------------------------------------------------------------------------

Zenitsu y yo nos encontrábamos en la puerta de una de las salas de enfermería de la Finca. Habíamos llevado a Inosuke porque, tratando de cocinar arroz, quemó su casa, algunos árboles y algunas partes de su cuerpo. Estaba sentado en una de las camas de la sala lamiendo sus heridas, convencido de que eso ayudaría a sanar más rápido que la pomada que Sumi estaba intentando colocarle.

- Déjenme pasar – Nos dice una enojada Aoi -sin siquiera saludar- y atraviesa la puerta para ir directo hacia Inosuke, a quien, inmediatamente, comienza a regañar - ¡DEJA DE HACER ESO! – Le dice al mismo tiempo que toma la pomada de las manos de Sumi para intentar colocárselas ella misma.

Mientras mi amigo rayo y yo observábamos la escena desde la puerta. Escucho a Zenitsu que, en tono bajo me reprocha:- Eres un celoso ¿Lo sabes, verdad, Tanjiro?

- Oh vamos, Zenitsu, no vuelvas con ese tema – le respondo – al menos no ahora.

- No quieres reconocer que eres un celoso – insiste – Aún no aceptas que me case con Nezuko porque aún no te atreves a declararte a Kanao.

Suspiro. Sabía que cuando sacaba a relucir ese tema, lo cual era bastante seguido, no iba a ceder.

- No es que no me atreva – le digo – no soy un cobarde – me sentí algo ofendido.

Los insectos también tienen su corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora