El compromiso

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AOI POV

Una vez leí, entre la gran cantidad de libros que tenían las hermanas Kocho sobre insectos, que en las mariposas el corazón es simplemente un músculo.

Y en ese mismo instante, mientras tenía el libro en mis brazos y un par de lágrimas caían sobre él, deseé con todas mis fuerzas ser una mariposa y que mi corazón se transformase en un músculo que no siente dolor ni tristeza. Pero mi deseo no se cumplió.

Cuando la guerra contra los demonios terminó, cada uno de los cazadores y miembros -directos e indirectos- de la Cofradía nos vimos un poco perdidos en la continuidad de la vida.

A algunos les fue muy sencillo, casi que ansiaban ese glorioso momento. Uno de ellos fue Zenitsu, que esperó apenas un día para pedirle a Tanjiro la mano de su hermana.

No era secreto para nadie, ni mucho menos para Tanjiro, que el rubio estaba interesado en casarse con Nezuko. Pero sí le sorprendió lo repentino de la petición, "Podría morir en cualquier momento, si me cae otro rayo no creo que sobreviva" usó como argumento el chico para convencer a su amigo, olvidando el detalle irónico de que él mismo era un rayo.

Tanjiro, sin mucho ánimo, le dijo que le diera tiempo para hablar con Nezuko y que luego le daría una respuesta. Lo que no era tampoco secreto para nadie era que Nezuko también tenía sentimientos por Zenitsu y esperaba que su hermano mayor les diera su bendición. La razón por la que Tanjiro quiso retrasar la inminente boda de su hermana era tan transparente como el agua.

Su propósito en la vida durante esos últimos años había sido proteger a Nezuko, si ahora alguien más la cuidaba ¿Cuál sería su nuevo propósito?

Como había mencionado antes, luego del fin de la guerra contra los demonios todos nos vimos un poco desorientados en cuanto nuevos objetivos y planes de vida... y ni hablar de los sentimientos. De alguna manera, entendí a la perfección el vacío que temía sentir Tanjiro cuando Nezuko se marchara a su nuevo hogar.

Con la pérdida, primero, de Kanae y luego de Shinobu; la Finca de las Mariposas perdió ese cálido ambiente de hogar que nos resguardo a mí y al resto de las chicas del oscuro mundo de la soledad. Y lo único que podía sentir era temor. Tenía a mis hermanas -así las adopté yo- por supuesto, pero de alguna manera toda la estructura familiar que teníamos se desvaneció en el aire al mismo tiempo que Shinobu. Sumi, Kiyo y Naho que aún eran muy pequeñas, me tomaron como hermana mayor y yo asumí el cargo con mucha responsabilidad, seriedad y presión. Por otro lado estaba Kanao, que con el mayor de los esfuerzos por construir su personalidad me apoyaba y acompañaba en cada paso y decisión. Eso era lo importante, seguir siendo una familia.

Por eso comprendía a Tanjiro; no quería perder lo que le quedaba de familia, pero el temor no le permitía ver que el destino le tenía preparado una nueva para él también. Una nueva familia de la que quise formar parte, pero no así Tanjiro. Y tampoco el destino.

Aun así, no le quedaba más remedio y por eso el joven de ojos y cabello rojizo organizó una reunión de la que participáramos todos para aceptar, de una vez por todas, la petición de Zenitsu.

La reunión fue en la misma Finca, las niñas y Kanao ayudaban a prepararse a Nezuko como si se tratara del día de su mismísima boda y yo inspeccionaba la puerta de ingreso para que ningún desconocido oportunista aprovechara la oportunidad de participar por la comida gratis. Oh claro que no, para eso ya teníamos a un invitado especial.

- ¿En serio? Debes estar bromeando – Le digo mientras cruza la puerta pasando a mi lado, sin siquiera saludar, aunque eso no me sorprendía. No fue por eso que puse una mano sobre su pecho para detenerlo y le dije – No ingresarás con la máscara.

Los insectos también tienen su corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora