6. Masturbación al activo.

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—Creo que voy a dormir una siesta— Comentó Lust antes de levantarse del sillón en el que estaba junto a el glitcheado, quien sólo le dijo que estaba bien mientras le veía avanzar hasta su cuarto con pereza, volviendo a ver la televisión algo aburrido una vez el lujurioso cerró la puerta detrás suyo.

Pasaron algunos minutos y no había nada realmente interesante para ver esa tarde, por lo que pensó unos momentos en irse a caminar un rato por algún AU al azar, más se sentía injusto hacer eso mientras su pareja debía de quedarse en este aburrido lugar, por lo que decidió apagar la televisión para ir a dormir con su pareja. Subió a su cuarto teletransportandose sin más al pensar que el otro ya estaría dormido o a punto de hacerlo, más ambos se sorprendieron en ese momento, Error por encontrarse al otro tocándose con su camiseta roja de siempre puesta, y el otro por ser atrapado en tan íntimo momento con él mismo.

Tras aquel incómodo encuentro de tan solo unos segundos, el mayor se disculpó antes de darse rápidamente la vuelta e irse del cuarto, prefiriendo encerrarse en el baño al ser el único lugar de la casa que se podía trabar para que nadie pudiese entrar, aun que tampoco sirvió de mucho al Lust preferir encerrarse en el cuarto del más alto a esperar que por alguna razón ambos fingieran que eso nunca pasó, pues tampoco tenía muchas opciones al estar en un lugar como el Antivoid, y no poder abrir portales por su cuenta para poder irse hasta que nuevamente sea su pareja quien tome la iniciativa de que se vuelvan a ver.

Aquel esqueleto sentado al borde de su bañera en aquel pequeño cuarto de baño, estaba pensando en qué debería hacer; Una parte de él quería irse a hacer cualquier cosa a cualquier otro lugar, y otra parte de él quería solo golpear a Lust en la cara por haber mentido, y que por culpa de eso él haya tenido que pasar por aquella incómoda escena, pero ambas opciones se sentían incorrectas... Eso, y que por más que se fuera tendría que volver tarde o temprano a su hogar, más tras pensarlo algunos minutos más se sintió algo extraño por lo que pasó.

No era que se sintiera mal al respecto, pero si sentía algo de responsabilidad bajo las acciones de Lust. No por que fuese directamente su culpa, sí no por que Lust llevaba ya probablemente meses queriendo hacer algo con él, y las únicas cosas que hicieron hasta ahora fueron más que nada para generarle placer al más alto, y dejar a medias al lujurioso, a demás de que ya ni si quiera tenía su trabajo para satisfacer aquellas necesidades suyas, puesto a que ninguno de los dos pensó muy bien que probablemente eso terminaría afectandolo, peor aún con lo que había pasado la noche anterior.

Por otro lado se encontraba Lust en el cuarto de Error, asustado de salir y tener que asumir las consecuencias de sus acciones, que no sería mucho más que encontrarse al más alto enojado, glitcheandose, o incluso terminando de reiniciarse en realidad, pero al ya casi estar encerrado una hora y ni si quiera escuchar a su novio pasearse por la casa estaba empezando a preocuparse de estar solo allí, o que al opuesto le haya pasado algo, por lo que decidió dar un largo respiro para intentar tomar algo de valor, reteniendo el aire unos segundos antes de soltarlo a modo de suspiro, levantándose así de la cómoda cama para buscar a Error por la casa, revisando las habitaciones hasta llegar al baño, tocando despacio la puerta para hacer saber al otro que se encontraba allí.

—¿Error?— Preguntó en voz algo baja para no perturbar el silencio de dentro del baño, esperando que el otro estuviera allí para al menos saber que no estaba haciendo el ridículo hablando con la nada misma —¿Puedo pasar?— Dudó intentando nuevamente que el otro produciera al menos un sonido, aun que pasados unos minutos decidió mejor alejarse pensando que era mejor su anterior idea de quedarse encerrado hasta que el mayor lo busque, hasta que escuchó como se destrababa la puerta desde adentro, dando a entender que el menor podría entrar, incluso si no la habían abierto para él.

ErrorLust - 30 días de la OTPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora