8. Felación.

169 11 8
                                    

No me gusta poner weas antes de la lectura acá, pero creo que tengo que poner una advertencia, por que esta vez si me pasé un poco-

En esta parte se va a tocar el tema del abuso. Si no te gusta esto podes leer otra parte de esto, leer otra de mis historias, o simplemente irte. De cualquier manera, quedas advertido.

**•̩̩͙✩•̩̩͙*˚ ˚*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚*

El mayor miró bastante nervioso a su pareja por aquellas palabras, bajandole la ropa de manera algo torpe al más bajo y con notables nervios, que se hacían visibles con pequeños cuadrados que se iban haciendo presentes en su cuerpo, a demás de sobre sus cuencas que poco a poco iban haciendo que se le dificulte más ver, cosa que claramente Lust notó, más tenía el morbo de querer ver hasta donde era capaz el mayor de seguir hasta reiniciarse, pensando muy dentro suyo que aquello estaba mal y debía parar con eso al ver que Error no lo hacía, pero aún así ni lo intentaría.

Por otro lado, el más alto bajo la atenta mirada del lujurioso y en aquella incómoda posición que tenía en la bañera, decidió empezar a masturbar al más alto de manera algo lenta y torpe gracias al conjunto de cosas que hacía algo incómodo y hasta insoportable para el destructor, más se detuvo al escuchar al otro hablar.

—No, no, amor. Quiero que uses tu boca— Ordenó el que estaba parado frente suyo, dejandolo algo asqueado, pues si bien sabía de que hablaba nunca se imaginó haciendo algo así, más decidió intentar ignorar aquello y relajarse fallidamente, tomando el miembro del más bajo antes de sacar sus lenguas, sosteniéndose con ambas manos del borde de aquella bañera llena de agua y los fluidos del mayor para poder acercarse y estar algo más cómodo, tanteando de manera algo tímida y lenta con sus lenguas que tanto se animaba a hacer aquello, más siendo forzado por el menor a acercar aquello a su rostro al ser tomado de la cabeza por el menor para hacer que su mejilla choque con aquella extensión del opuesto, intentando con todas sus fuerzas no reiniciarse o golpear al otro con algo así, intentando pensar que tal vez todas las relaciones sexuales eran así, y no le quedaban muchas más opciones que aceptarlo si quería quedar bien con su novio, y hacerlo estar a gusto como el otro había intentado mucho tiempo hacer por él.

—¿El mismísimo destructor de universos le tiene miedo a un pene?. Que patético suena eso, cariño— Se burló Lust, quien por más que no quisiera admitirlo, se sentía tan bien se poder tratar así a la persona que intentó matarte y te despreció por tanto tiempo. Si bien era verdad que el menor intentaba reprimir siempre eso al en serio amar a la persona en la que se había convertido Error solo para él, no podía simplemente olvidar todo el dolor que le hizo pasar a él y su hermano, y era algo que odiaba pensar, pero que aquel esqueleto esté ahora a punto de llorar y con su cara restregandose contra su miembro lo hacía sentir demaciado bien, ya no solo por el placer, si no por él poder que le hacía sentir sobre el contrario, quien al no aguantar más simplemente se desmayó, desplomándose sobre la bañera de manera algo brusca, con carteles frente a sus cuencas haciendo más claro su reinicio... Pero Lust no quería parar esta vez.

Tras dudarlo nada más que unos pocos segundos, el lujurioso se arrodilló frente a la cara del inconciente Sans al frente suyo para poder tomar su rostro, viéndolo por unos segundos solo para apreciar el nulo avance en ese reinicio en esos pocos segundos que llevaba el otro desmayado, por lo que lo sacó de la bañera y lo dejó recostado en el suelo de aquel baño con algo de dificultad, acomodando sus rodillas a ambos lados del rostro de su novio, sentándose con cuidado sobre las clavículas del otro, empezando a masturbarse viendo el rostro del de debajo suyo, siendo este tapado por los carteles de reinicio que lentamente iba avanzando sobre su cara. No era para nada la mejor imagen que tenía del otro, pero no quería imaginarlo de otra manera mientras hacía aquello, por miedo de arrepentirse ya en aquel punto.

ErrorLust - 30 días de la OTPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora