Prologo

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Está historia comienza después de encontrar la diadema de Rowena Ravenclaw que la trampa se activará y Harry decidiera salvar a todos incluido Draco.

Nos situamos un día después donde Draco Malfoy un muchacho pálido , escuálido de rubios cabellos, se miró en el espejo y ese día debajo de sus orbes grisáceos con reflejos azules que tenía por ojos se reflejaban grandes ojeras de no haber podido dormir esa noche, pues una pregunta rondaba su cabeza "¿Por qué no se lo dijiste a Lestrange?" Era una buena pregunta que había hecho el día anterior cierto elegido, aquello no debajo de atormentar su mente, ni si quiera cuando bajó al gran comedor para poder desayunar, sus dos amigos los que ayer le ayudaron a plantar cara al grupo destinado a destruir los horrocruxes estaban tan avergonzados por lo sucedido que ni le miraron, eso no le sentó muy bien pero la verdad es que solo se sentó y desayunando se hundió en su mente , en sus recuerdos.

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Allí estaba por fin frente al niño que consiguió salvarse de Lord Voldemort, ofreciendo ser su aliado, compañero, su amigo y evitando a lo que el denominaba como seres inferiores, los "sangre sucia" pero al parecer esto no le gustó nada al susodicho y el gran Harry Potter desecho su solicitud, no podía negar que le dolió, nunca le había envidiado por ser conocido pero ese dia cambio todo, empezó a ver las cosas que él no tenía en Harry y ese hombre no hizo nada para merecer las. Así empezó su rivalidad que con el paso del tiempo se convertiría en odió, odió puro hacia el elegido pero ¿Realmente era odió?

-Draco vamos, nos han llamado-

Dijo uno de los gemelos despertando le del trance, asintió y se incorporó acomodando su capa, con suavidad caminó hacia el almacén de pociones, allí le esperaba Snape, Severus Snape el contacto de Draco hacia el señor tenebroso. Cerraron la puerta y sus voces comenzaron a hacerse presentes.

-Lo de ayer fue un desastre Draco-

-Lo se-

-Director Snape, casi morimos- Inquirió uno de los gemelos, pero solo recibió una mirada fría del hombre.

-¿Acaso no estáis decididos a morir por el señor tenebroso?-

-Claro que sí- Contesto con rapidez y seriedad el Malfoy.

-Entonces no quiero que se repita, es tu misión Draco, más te vale no fallar otra vez-

Los cabellos rubios del slytherin se movieron a la par que su cabeza asentía, la verdad es que no quería hacer eso, no por nada le había salvado anteriormente y aunque se podría decir que con lo de ayer la deuda estaba salvada, agarrarse de su chaqueta marrón ayer, estar tan asustado que chocar su frente con la espalda de Potter fue la mejor idea que se le ocurrió también su cuerpo se movió solo, pero era algo que tenía que realizar era un mortifago novato y el honor de su familia estaba en juego.

TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora