En la piel de la villana ( Hombres Lobos)

página 1 "se feliz "

La madurez
Se logra con la
Experiencias, no con la
Edad.

MisfracesOK

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¿Felicidad?una palabra que tantos conocemos y que pocos sentiremos, algunos confunden la felicidad con lo material. Hubo un tiempo en que yo tambien pensé de esa manera pero, que puedo decir...

El dinero no me devolvería a mi padre, no importa cuánto daba o apostará por eso. Era algo imposible de cumplir para una niña que lo tenía todo, en aquel tiempo. El me hacía sentir que tenía todo al alcance de la mano.

Mi padre era de las personas que sonreía hasta el cansancio, pensé erróneamente que un hombre como el duraría para siempre. Dolorosa fue la cruel realidad al mostrar lo que había detrás de aquella sonrisa.

En el día de hoy me continuo culpando por su muerte, una niña infantil que solo pensaba en si misma. Con solo 8 años había entendido que la persona que yo llamaba papá tenía su final. Con 29 años su existencia aún me hacía tanta falta como el primer día que estuve sin el.

Tengo un departamento propio en la ciudad, no es muy grande pero si lo suficiente para alguien como yo. Mi madre que era lo único que me quedaba se encontraba ingresada en el hospital. Allí cada día su existencia se consumía y temía del día que llegara a gastarse.

- Laura, termina rápido. Recuerda preparar el descafeinado del jefe.

Cabello negro y unos ojos grises, cuerpo curvilíneo abrazado por el vestido negro descotado que utilizaba para seducir al jefe. La mujer más hermosa y la amante de el presidente pero, poco me importaba, no le daba importancia porque después de todo tenía cosas más importantes que entender.

- ahora mismo señorita Diana - dije levantándome de mi puesto de trabajo en dirección a los elevadores, tome el que me quedaba más cerca para bajar al piso de abajo. Allí se encontraba donde los trabajadores hacían sus desayunos y la máquina de hacer café.

Mientras preparaba el café para el hombre que me da mi salario pienso en mi madre, estaba preocupada después de no recibir la llamada que siempre me hacía. Por mi lado pasan algunos compañeros de trabajos que me saludan con una sonrisa, se las devuelvo pero al alejarme mi sonrisa desaparece.

Entro a la oficina de el jefe después de recibir el permiso, al parecer estaba ocupado conversando por teléfono. Estaba con la corbata desecha y tres botones desabrochados. Me miró de reojo pero no dejo de hablar.

- mañana a primera hora volare allá. madre ya te dije que no tengo tiempo para eso, solo pasaré de largo y volveré. si adiós.

Luego de guardar el teléfono en su bolsillo camino hacia mi, tomo la tasa de café que estaba en la bandeja. Realizo una leve revencia para dar la vuelta he intentar retirarme de allí para terminar mi trabajo.

Dando el tercer paso para alarme fui sujetando por la gran mano del hombre detrás de mi. Me cargo y me sentó en el escritorio que tenía como mesa de trabajo apartando lo que había allí.

Los ojos cafés miran a los míos, sin siquiera darme la oportunidad o preguntar si quería hacer esto. Miró en sus ojos un enojo que quería desquitarse con sexo y antes de que sus labios se estallen contra los míos lo detengo.

- jefe debo retirarme a terminar mi trabajo- dije con una voz gélida susurrante tratando de no enojar al hombre delante de mi. De mi sueldo pagaba las medicinas de mi madre y si me despedía tendría que buscar otro trabajo.

- ¿Que?

Dinero, poder, estatus era lo que el me ofrecía. Ninguna de esas porquerías me devolvería lo que ya estaba destinada a perder. Nuevamente el dinero no vamos nada a mi parecer.