Dolor, temor, tristeza, odio......
Esas eran las sensasiones y sentimientos que sentía nuestro pequeño omega, llamado Izuku Midoriya, quien debido a esos horribles sentimientos y un par de recuerdos, empezó a experimentar una trauma dirigida asia so...
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Su vista borrosa por las lagrima, se aclaraba en el peor momento, justo cuando sintió y observó como aquel liquido carmesí salpicaba su rostro. No sabía que expresión mostrar ante la situación, pero si sintió como su corazón se quebró. Su respiración se aceleró al ver al propietario de aquella sangre en el suelo.
Un dolor llegó a su cabeza
— Kacchan.. — quiera gritarlo, pero su mente se nubló, deteniendo sus palabras y callendo inconsciente en esa cama, escuchando por último los gritos desesperados de su padre y de otros sujetos que entraban a la habitacion, acompañados con el sonar de la sirena de una ambulancia. Al parecer todo había acabado. . . . No sabía donde se encontraba en ese momento, pero era tranquilo y calmado. El cielo era tan azul y claro que ni paresia de ese mundo, y los cantares de aquellos pájaros era la melodía más dulce que había escuchado. El aire era tan fresco que simplemente cerró los ojos y disfruto de ese cálido momento.
La risa de unos niños lo sustrajeron
Sus ojos se abrieron como platos a apreciar aquel extraño escenario, pues no era algo común el verte a ti mismo pero de otra edad jugando solo en ese juego de arena. Algo confundido y sin comprender lo que pasaba, solo se quedo parado observando. Sonrio. Era muy divertido ver como su pequeño yo, riendo feliz mientras dibujaba en la arena, si que eran buenos recuerdos, pero, ¿cómo esque pudo olvidarlos?. De un momento a otro, su sonrisa se fue desvaneciendo, pues percató como una sombra algo borrosa del mismo tamaño se acercaba y jugaba a su lado. ¿Era otro niño?¿Quien era? ¿Porque juega conmigo? Fue lo que se preguntó mientras seguia observando. Ambos infantes empezaron a jugar muy felices, por lo que poco a poco la sombra se fue aclarado, revelando El fuerte color carmesí de sus ojos
Su asombro y curiosidad del pecoso aumentaron, sin aguantar las ganas de acercarse por su cuenta para ver con más claridad quién era, dándose cuenta que a cada paso que daba, más se claro era la silueta, su cabello... su sonrisa.. sus ojos, su rostro. Era demasiado parecido!
Ya casi corriendo estiró su mano apunto de tocarlo. pero antes de que lo isiera, se detuvo, escuchando como su yo pequeño, llamaba por un nombre que nunca conoció, a ese niño, "katsuki". Pero pronto secía corregido por el apodo que le habia dado "kacchan". No podia ser!
Su cabeza empezo que dar vueltas intentado aclarar las cosas, peor antes que lo lograra vio como las sonrisa de ambos niños desaparecian y se transformaran en tristeza. Ahora el estaba llorando desesperado, mientras que el otro gritaba su nombre delante de él antes que se echase a correr.
"Deku!.. no me odies, deku...
"Losiento.." fue lo único que alcanzó a decir, para luego escuchar repetitivas veces su nombre por ese niño..
— Deku-Kun.. .Deku-Kun.. — llamaba algo asustada la castaña que miraba con lágrimas al resien despertado — Oh Deku-Kun, que bueno que ya estés bien — dijo con alegría mientras limpiaba sus lagrimas. Estaba sentada en una silla a su lado
