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Histérico, sí, esa era la palabra para describir a JungKook en estos momentos. Acababa de llegar de una gira y ya tenía un jodido fanmeeting al que asistir.

Y no lo malentiendan, él quería mucho a sus fans y le alegraba poder verlos, pero era un humano de 25 años y se cansaba. Después de estar 4 meses fuera de Seúl apenas llega y ya tiene reuniones y entrevistas que atender. Él sólo quería dormir un día entero ¿es mucho pedir?

Ni siquiera durmió sus 8 horas, ya que lo despertaron para "ensayar" lo que haría hoy, no sabía porque el staff perdía su tiempo, si al final terminaba haciendo lo que le diera la gana. No le gustaba fingir.

-Uy, parece que alguien no se levantó de buen humor- dijo su amigo y manager NamJoon.

-Uy, parece que alguien no valora su vida- bufó un JungKook enojado.

Nam quiso soltar una pequeña carcajada pero se contuvo, no quería hacer enojar más al menor y terminar con el cuello partido en dos. Él sí valoraba su vida y sabía que el menor era cinta negra en Taekwondo.

-Ya, ya hombre, cambia esa cara de perro- le dijo Nam mientras palmeaba el hombro del menor. - Recuerda que tus fans no tienen la culpa de tu agenda apretada.

-Eso lo sé, aquí el único culpable de que no pueda dormir eres tú, tal vez deba conseguirme otro manager que si pueda darme tiempo libre- lo miró JungKook sugestivamente.

-Créeme que hago lo mejor que puedo amigo, sabes que todo lo de las reuniones y entrevistas vienen desde arriba con el CEO. Agradece que hable con él y lo convencí para que no aceptara todas, si no, no tendrías tiempo ni para comer, mocoso malagradecido.

-Gracias hyung- le dijo un JungKook apenado, porque podría ser un mocoso, pero malagradecido jamás.

-Anda vamos a terminar aquí para que descanses unas horas antes del fanmeeting- lo abrazó por los hombros para empezar a caminar.




JungKook ya estaba en su camerino, él había escogido su atuendo y constaba de unos jeans rasgados, una camisa manga larga a cuadros con cierre de botones al frente, un cinto negro y sus botas negras. Ahora solo faltaba que los estilistas terminaran de maquillarlo y peinarlo.

Se escucharon unos toques a la puerta seguido de Nam adentrándose a la habitación.

-¿Listo Kook? Empiezas en 30- dijo el mayor.

-Sí, hyung, en un momento salgo.

Para finalizar su atuendo JungKook escogió un saco negro que le llegaba hasta las rodillas. Se miró una última vez en el espejo y despeinó su cabello antes de encaminarse a la salida. Caminó hacia el lugar donde sería el fanmeeting para quedarse tras bambalinas, mientras los fans iban entrando y se sentaban en sus respectivos lugares.

-Por favor JungKook recuerda no hacer algo arriesgado- dijo Nam a su lado.

El menor puso los ojos en blanco ¿qué podía hacer de arriesgado en un fanmeeting? ¿Besar a alguno de sus fans? ¿Enamorarse? Por favor, NamJoon mejor que nadie sabía que JungKook era reacio a todo lo que estuviera relacionado con el "amor", no creía en esos cuentos, no tenía tiempo para ni para él, menos para enamorarse.

Sip, a sus 25 años, Jeon JungKook, era escéptico al amor y nada ni nadie podía cambiar eso.

-Oye kook- escuchó la voz de Nam.

-¿Qué pasa?- preguntó el azabache.

-Amigo, te fuiste como 10 minutos ¿todo bien?

-Sí, sí, solo estaba pensando.

Jamais Vu (kookv) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora