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Estaba tan cansado, su día fue agotador, tuvo que grabar una entrevista y una presentación, que probablemente saldrían al aire en unas dos semanas.

Al llegar a su departamento tomó una larga ducha y cuando salió del baño su vista fue a parar al buró que estaba a lado de su cama, sobre este había un álbum, lo había dejado ahí el día que llegó del fanmeeting, TaeHyung de seguro quería su álbum de vuelta y el aún ni siquiera le había mandado un mensaje.

-Ah, idiota- se dijo a sí mismo en voz alta.

Sin pensarlo mucho agarro su celular y empezó a escribir, y antes de que pudiera arrepentirse envió el primer mensaje.

*Chat con TaeHyung*

Hola TaeHyung.
Soy JungKook.
Disculpa la tardanza.

JungKook bloqueó el celular y lo aventó a un lado, se dejó caer en la cama y cerró sus ojos. No tenía una excusa para explicar el porqué se tardó dos días para enviarle mensaje y tampoco quería inventar una. Entendería si el chico no le contestaba, pero esperaba que si lo hiciera.

El sábado que llegó a su departamento se tomó media botella de vino, pero se mantuvo alejado de su celular, la razón; estaba asustado. Entiéndanlo, el pobre hombre nunca se había sentido así en su vida. Y es que TaeHyung con su sola presencia le hizo sentir demasiadas cosas, su belleza era deslumbrante pero había algo más, JungKook sabía que no solo se trataba de una cara bonita y eso le asustaba, llegar a sentir más que atracción física por el chico en verdad le aterraba. Y es que él ya tenía su vida planeada, ser cantante hasta los 60, irse a vivir al campo, criar 10 perros y tal vez una vaca, también quería un braquiosaurio pero desafortunadamente para él -pero afortunadamente para toda la humanidad- estaban extintos.

Cuando JungKook tenía 6 años le dijo a su mamá que quería adoptar un dinosaurio, específicamente un braquiosaurio, su mamá le contó que eso no podía ser posible ya que estaban extintos, pero JungKook no entendía, él los veía en las caricaturas, en sus juguetes, en el museo, en su lonchera, hasta en sus libros de la escuela, además, MinGyu su compañero dijo que tenía un dinosaurio en su cuarto, uno tan alto que incluso tocaba el techo. Entonces ¿Porqué él no podía tener uno?
EunHye le explicó a su hijo que los dinosaurios existieron hace millones de años, y que ahora solo quedaban sus restos, como los que veía en el museo. Para JungKook fue algo traumante y lloraba cada que se acordaba que los lindos braquiosaurios estaban muertos. Después encaró a MinGyu y le dijo que era un mentiroso, que los dinosaurios no existían porque su mamá se lo había dicho y ella no mentía, MinGyu tampoco era un mentiroso, así que invitó a JungKook a su casa para que viera a su dinosaurio con sus propios ojos. Ese día Kook descubrió que existían los peluches de dinosaurios, y que MinGyu tenía un tiranosaurio rex de casi dos metros en su cuarto, después de eso se hicieron amigos.

Tanto era el cansancio de JungKook que se quedó dormido desparramado en la cama con solo una toalla envuelta en su cadera y el cabello mojado, ni siquiera le importó que su celular haya vibrado avisándole una nueva notificación.

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TaeHyung no podía creerlo, JungKook le había mandado mensaje, se sentía como una colegiala de 13 años viendo a su banda favorita. Soltó un chillido contra su almohada, no lo podía creer, tenía que ser una broma todo esto, como es posible que el grandísimo Jeon JungKook le esté hablando, a él, alguien tan ordinario.

Jamais Vu (kookv) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora