8 DE EMPERADOR A LADRÓN

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Iskander entro en la ciudad de Atenas, la situación era peor de lo que imaginaba, los templos estában derrumbados la gente pedía comida, los soldados árabes golpeaban a los que se atravesaban, llegó a una pequeña casa en los barrios bajos y toca la puerta _ Espero que Tea este viva.

_ ¿Quién es y que quiere? _ decía una voz femenina pero firme detrás de la puerta sin abrirla.

_ Busco a Tea Atella, soy... Un buen amigo de ella_ decía Iskander detrás de la puerta.

_ Aquí ya no existen los amigos, di quién eres.

_No puedo decir mi nombre aquí afuera, abra la puerta por favor _ decía recargandosé de espaldas contra la puerta.

La puerta se abre dejando ver a una mujer de rojos cabellos ondulados piel clara como la nieve, ojos azúl claro como el cielo, facciones delicadas pero firmes _ ¿Quien eres? ¿Quién te mandó?

Iskander levanta la vista y la ve, igual a como la recordaba, la espía experta y su mano derecha, Tea Atella el torbellino de Grecia _ Hola Tea ¿No me reconoces?

_ No te conozco, di quién eres o te mató _ decía a espaldas de Iskander con una daga puesta en su cuello.

_ Tranquila... Soy Iskander, Iskander Proseo _ decía nervioso con las manos levantadas y las palmas abiertas.

_ Ooo, si tú eres el emperador yo soy la emperatriz_ decía con sarcasmo presionando más la daga contra el cuello de Iskander.

_ En serio, yo soy... El dios Hades y la diosa Perséfone me devolvieron la vida ¿Cómo puedo probarlo?

_ Dime algo que solo el y yo sepamos y te soltaré.

_ Te mandé a asesinar al comerciante Palkias, ese maldito que vendía a precios altos a los pobres, un trabajo bien hecho Tea, te pague 5000 monedas de oro.

_ Isk... Iskander eres tú_ decía impresionada soltando la daga y dejándola caer al suelo _ Pero ¿Cómo?

Iskander se quita la capa y aunque algo cambiado seguía siendo el mismo _ Ya te lo dije, los dioses se apiadaron de mí, estoy en deuda con ellos, y con alguien más...

Tea dejo de escuchar y se lanzó a los brazos de Iskander abrazándolo con fuerza, dejando salir las lágrimas que había contenido por mucho tiempo, en el calor de los brazos de Iskander que la rodeaban, sentía nuevamente paz, una paz que no sentía desde que partió a la guerra por Hadarah _ Te extrañé tanto _ Decía entre lágrimas de alegría, ya nada importaba, solo que Iskander nuevamente tenía vida y había vuelto con ella.

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PALACIO DE REAL DE GRÉCIA

Antara entra a la habitación de Hadarah tirando la puerta, estaba furioso.

_ ¿QUE ES LO QUE TIENES EN LA CABEZA HURREM? ¿TE VOLVISTE LOCA O QUÉ?

_ En primera no me grites, y en segunda ¿Porque entras a mis aposentos así? _ respondía Hadarah sentada en un sofá delante de su espejo dejando el cepillo de cabello en el buro delante de ella enfocando su vista en un furioso Antara.

_ ¿Que no te grité? _ Antara respira tratando de calmarse _ Acabo de llegar del frente de Esparta, y lo primero que me encuentro al hablar con Hasir es qué tú, te pusiste a defender a el ex emperador de Grecia ¿Que tienes en la cabeza Hurrem?

_Mi nombre es Hadarah no Hurrem_ decía sin saber cómo defenderse, se había sobrepasado, lo sabía Antara no tenía que recordárselo.

_ No, Hadarah es el nombre de una mujer lista, una mujer que con solo una mirada puede detener a cualquier hombre en su camino, una mujer que consiguió mandar en la mente de un sultán y adueñarse por completo del palacio y su vida_ se acerca hasta encarar a Hadarah _ la que tengo enfrente no es Hadarah, es Hurrem, la niña asustada que saque hace 21 años de un ataque de hoplitas griegos, esa noche tú vida corría peligro como ahora.

LÁGRIMAS DE SANGRE. Iskander atrabes de un velo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora