7 RENACIMIENTO

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El barco del rey Hades seguía su curso y las tinieblas se iba disipando cada vez más, la cascada de la grieta estaba cerca, Iskander seguía inquieto, sé acerca a la diosa Perséfone _ Mi diosa ¿Puedo preguntar algo?

_ Claro _ responde con simpleza.

_ ¿Cómo regresaré al mundo de los vivos? Aún me veo con mi alma normal ¿Al llegar, tendré otro cuerpo o debo esperar a que el mío se regenere?

_ Regeneraré tú cuerpo, serán solo minutos. Cuándo salgamos del inframundo mí madre nos recibirá.

_ La mejor época del año es cuándo todo florece, gracias a usted mi señora_ decía Iskander con una sonrisa recordando los prados de Grecia rebosantes de flores de mil colores.

_ No digas eso, el invierno es mi estación favorita, todo cubierto por un manto blanco es hermoso_ decía la diosa con una mirada cálida y gentil _ ¿Porque no quieres ser llamado hijo de Ares? Serías mí sobrino.

_ Sería un honor para mí señora. Ahora se porque siempre ame las batallas, la guerra... Pero ser hijo de Ares... Hubiera preferido ser hijo del señor Hades _ decía bromeando.

_ Jajajajaja, no sabes cuántas veces e escuchado éso, pero ser un semidiós podría ayudarte en está batalla.

_ Esto que siento en los brazos... No se... Cuando surge me siento poderoso, espero no cometer ningún error. Y si muero y de nuevo voy a alguna prisión, me gustaría que me visitará.

_ No volverás a las prisiones, eso lo sé. En cuanto a tus poderes, solo controla tú temperamento así podrás dominarlos, posees los mismos dones que Ares, solo aprende a controlarte y estarás bien.

_ Seguiré su consejo mi diosa, trataré de controlarme.

_Mi señora estamos apunto de cruzar al mundo de los vivos _decía Caronte.

_ Pronto veré a mí madre _ decía la diosa más para si misma que par los demás.

Iskander sonríe al ver a la diosa felíz, tal era su felicidad que el navío empezó a brilla con su poder divino, impresionado piensa, pronto veré a Hadarah.

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GRÉCIA ATENAS

En Grecia las cosas no marchaban bien, tras la caída del emperador Iskander todo su pueblo era humillado y sobajado por el imperio árabe, muchos decían que los dioses los habían abandonado, si los dioses no los escuchaban y respondían a sus súplicas quién lo haría.

_ ¿Son todos? _ pregunta un hombre, alto de complexión atlética, piel canela, ojos café intenso, cabellos oscuros, de nacionalidad griega.

_ Si Sísifo, son todas las personas que pudimos rescatar está ves.

_ Gracias Naila, cada vez es más difícil proteger a el pueblo ateniense.

Tras la caída del emperador el pueblo era ultrajado brutalmente y por ende un grupo, la resistencia de Grecia era liderada por una mujer de belleza deslumbrante la cual les había enseñado los túneles secretos debajo de la ciudad de Grecia, túneles que eran desconocidos para los árabes y por ende el refugio y cuartel de la resistencia de Grecia.

_ Le informaré a Tea de nuestro avance de hoy_ decía Sísifo.

_ ¿Ahora la llamas Tea? Así a secas ¿Ya no es comandante? Ten cuidado Sísifo, la comandante no está a tú alcancé.

_ Cállate, nadie pidió tú opinión Naila_ decía Sísifo sonrojado subiendo por la escalera, saliendo de los túneles de Atenas.
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Por las calles de Grecia una mujer caminaba, sus cabellos tocado por el fuego ondeaba en el viento, caminaba viendo cómo aquella gloriosa ciudad era destruida por manos árabes.

LÁGRIMAS DE SANGRE. Iskander atrabes de un velo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora