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Wheein lo saluda en la puerta con un gato negro esponjoso en sus brazos, a quien presenta como Alfred.

Taeyong lo nombró. —dice ella.— Es nuestro mayordomo perezoso.

Cuando Ten extiende su palma, Alfred pone su pata en el centro. Ten pasa su pulgar por su pelaje solo una vez.

Encantado de conocerte. —dice. Extiende el ramo de peonías que recogió en el camino.— Le pregunté a Taeyong cuales eran tus favoritas.

Son hermosas, Ten. Gracias. —dice ella.— Entra. Vamos a meterlas en un florero.

Lleva un lápiz labial rojo que hace que su brillante sonrisa resalte aún más de lo habitual. Él adora sus jeans de tiro alto y el top verde oscuro con estampados florales. El verde le queda bien.

Taeyong acaba de terminar. —dice ella.— Llegas justo a tiempo.

El piso tiene tres niveles unidos por una escalera de caoba que atraviesa el centro. Huele a limpio, es la única forma en que Ten puede describirlo. Estéril también podría ser. Al acercarse a la cocina, el olor a pasta, cebolla y ajo, e incluso a pan recién hecho, se encuentran con él. Sigue a Wheein obedientemente, pero quiere hacer una pausa y tomar todo. Especialmente las fotos en el pasillo. Vislumbra a Taeyong. Taeyong más joven y Taeyong más viejo. Taeyong sonriente y un Taeyong que luce amargamente sombrío.

La decoración no es exactamente lo que esperaba. Una gran cantidad de muebles antiguos que podrían ser reliquias familiares. No son cosas que él imagina que Taeyong o Wheein escogerían. Pero es lo suficientemente acogedor. Un corredor de felpa debajo de sus pies. Colores cálidos utilizados para las paredes. Sofás mullidos y anticuados.

Mira quién está aquí. —anuncia Wheein, entrando en la cocina. Es mucho más moderno aquí. Teja blanca crujiente con electrodomésticos de acero inoxidables. Y en medio de todo esto está Taeyong, vestido con una camiseta oscura de "The Strokes" y jeans negros, quitándose un par de guantes de cocina de Paisley. Cuando se inclina para cerrar la puerta del horno, Ten vislumbra su pecho. Y un tatuaje. Uno grande.

Estábamos preocupados por tener que esperarte. —dice Taeyong.

Preocupados por nada. —responde Ten.— Incluso tuve tiempo de conseguir flores.

Mírate. —Taeyong se cruza de brazos. Un latido de silencio pasa.— Yo me ocuparé de ellas. Wheein, puedes acomodar a Ten, ¿Sí?

El comedor es por aquí. —le dice Wheein a Ten.

Un minuto después, Taeyong se une a ellos con un plato de lasaña en una mano y un tazón en la otra, forrado con papel de cocina y relleno con pan de ajo. Todo al vapor. Ten de repente se siente hambriento.

El asunto no es tan tenso como Ten esperaba. No al principio. Especialmente una vez que tienen vino. Él tiene vino. Taeyong tiene whisky. Wheein tiene un vaso de agua.

Entonces, ¿Cuál es el plan, Ten? —Wheein pregunta.— ¿Después de que tengas tus maestrías?

Ten odia un poco esa pregunta. No tiene un plan. Esta bastante bien sin uno.

Bueno, estoy trabajando en una novela.

Oh, hermoso. ¿Tienes algún interés en la enseñanza?

No estoy seguro de que sea una buena opción para ello, siendo honesto. —dice Ten con temor. Siente que podría insultar a Taeyong si no tiene cuidado.— Creo que requiere mucha paciencia. No solo con los estudiantes sino contigo mismo.

come as you are│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora