come as you are│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻

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En el transcurso de una hora, la luz melosa invade la sala de conferencias, suspendiendo motas de polvo en su camino, refractando en la superficie del podio de madera barnizada de Taeyong. La primavera comenzó oficialmente esa mañana, y hay más horas de luz solar que esperar. Más horas para que Ten haga lo que le agrada, sea lo que sea. Quienquiera que sea. Es eso último lo que más le preocupa.

—Tendrás que dar más detalles. —dice Taeyong, apoyando la barbilla contra su puño.

Ten lo refleja inconscientemente, encorvándose hacia adelante. Se sienta en la parte de atrás, ocupando un punto de vista desde el cual generalmente observa las clases de pregrado de Taeyong. Hoy está agradecido por el espacio para relajarse sin ser detectado.

Con su mano libra, Taeyong hojea Alias Grace de Margaret Atwood.

—¿Alguien más está de acuerdo con Jiyong? ¿Sobre qué esta no es una obra feminista?

La clase es tranquila. Nadie está de acuerdo con Jiyong, para ser justos.

—De esto no se trata el movimiento. —dice Jiyong.— Grace no es un ícono feminista ni nada. Ella es solo una asesina y una seductora. No puedo ver cómo eso se puede relacionar.

—Quizás no para ti. —dice otra estudiante, Sooyoung.— Eres un hombre.

—Los hombres pueden ser feministas. —responde Jiyong.

Ten no puede verla, pero está seguro de que Sooyoung pone los ojos en blanco.

—Este libro fue escrito en el '96, ¿No? —Sooyoung dice, mirando a Taeyong.— El movimiento no ha cambiado tanto en la última década. Y encuentro a Grace muy identificable. No puedes separar sus crímenes de las razones por las que los cometió.

Empiezan a ir y venir, Jiyong y Sooyoung, mientras Taeyong escucha y escribe notas al margen de su libro. Deja su pluma, se ajusta las gafas y mira a Taeyong. Ten mira rápidamente a Jiyong y Sooyoung, pero lo ha atrapado, lo sabe.

—Está bien. —interrumpe Taeyong.— Creo que la mayoría de la gente dirá que esta es una novela absolutamente feminista, ¿Sí? Entonces, aparte de eso, la idea de que una pieza de hace una década o dos no se adaptaría a un movimiento de ahora simplemente no es verdad. Porque no es así como funciona la literatura, ¿Verdad? Leímos a Baldwin la semana pasada y obviamente todavía es relevante. Tengo que estar de acuerdo con Sooyoung aquí. Todas las mujeres en el libro son llevadas a situaciones terribles donde podrían hacer cosas terribles, pero son conducidas allí, ese es el punto. No tiene muchas opciones. —Taeyong mira el reloj.— Nos quedan unos minutos. Quizás volvamos a leer el último fragmento en el Comité. Ten.

Ten se sienta derecho.

—¿Sí?

—¿Te importa?

Sí, le importa. Hay quince estudiantes universitarios demasiado ansiosos que estarían encantados de leer a las órdenes de Taeyong. Ten claramente no es uno de ellos. No es un estudiante universitario. Ni siquiera está ansioso. Ni cerca de preparado.

—No. —dice. Porque, ¿Qué más puede decir? Sus ojos están secos por mirar. Parpadea con fuerza algunas veces, lo que ayuda. Se voltea hacia la oreja del perro equivocada. Voltea, voltea, voltea. Cuando encuentra la página correcta, hay sudor en su labio superior y debajo del cuello de su jersey. Pero cuando lee, su voz al menos es firme.

Minutos después, la sala de conferencias se vacía hasta que solo quedan Ten y Taeyong. Se detiene, empacando sus cosas lentamente con la esperanza de que Taeyong lo deje atrás, lo que ha hecho antes si tiene prisa. Parece que no hay prisa hoy. Cuando Ten levanta la vista, Taeyong tiene su café en una mano, su maletín colgado de su hombro.