Mis Idiotas +18

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- Nada de Tommy - dice él enojado - ¿Dónde estabas?

- Estaba en... - no sabía qué decirle.

- ¿Estabas en...? - preguntó.

- En la cocina - dijo al final.

- ¿Y ese baúl? - dijo señalándolo.

- Lo traje con comida.

- ¿En serió? ¿Fue lo único que se te ocurrió?

- Bien - dije poniendo los ojos en blanco - Fui a pasar las fiestas con los Weasley, Potter y Granger.

Él frunció aún más el ceño y no aparto la mirada. Por un momento pensé en irme corriendo a mi habitación, pero él esta inmóvil. Hasta que abrió la boca.

- ¡Mattheo! ¡Malfoy! - grito, mientras me miraba - ¡Encontré a T/n!

Cuando vi aparecer a los otros dos, mi primer impulso fue correr. Así que deje todo tirado y subí corriendo las escaleras, hasta mi habitación.
Cuando estaba por cerrar la puerta, Tom la abre de un portazo.
Yo me tropiezo y me quedo sentada en el suelo.
Los tres me miraron enojado y yo los miré con la sonrisa más inocente que tenía.

- ¿Estás bien? - me pregunto Draco, ayudando a levantarme.

- Si, grac... - pero alguien me interrumpió.

- Idiota, estamos enojados con ella - le dijo Tom.

Y mientras ellos dos discutían, yo intentaba irme.

- ¿A dónde vas? - me pregunto Mattheo, poniéndose adelante de la puerta.

- Vamos Theo, déjame salir - le digo, acariciando una de sus mejillas.

- No hagas eso - dice sacándome la mano - No me vas a convencer.

- Bueno, lo intenté - dije sentándome en la cama.

Los tres se pararon adelante mío.

- ¿Dónde estabas? - me pregunto Theo.

- En la casa de los Weasley.

- ¿Con todos los Weasley? - dijo Draco, poniendo una mueca de asco.

- Sí, también estaban Potter y Hermione.

- ¿Te juntas con los zanahoria, la sangre sucia y el enemigo? No me lo puedo creer - dijo Tom.

- No les digas así - protesté enseguida.

Los tres me miraron confundidos y enfadados a la vez.

- Her es mi amiga, al igual que los Weasley - les dije.

- ¿Y Potter? - me pregunto Draco.

Tarde unos segundos en contestar. Porque Harry había sido muy bueno conmigo y a pesar de todo, es un gran chico. Que sufrió mucho, al igual que yo. Él me entendía, sabía lo que era perder a un padre o ambos.
Pero obvio, no se lo iba a decir a los chicos.

- Es el enemigo - murmure, un poco triste.

Ellos tres se miraron un poco extrañados, ya que yo nunca demostraba tristeza frente a nadie.

- Perdón por gritarte - me dijo Draco abrazándome.

- Sí, perdónanos - dijo Mattheo sentándose a mi lado.

Los miré con una pequeña sonrisa y enseguida mi mirada fue a parar a Tom.

- Yo no me disculpo - dijo el sentándose a mi otro lado.

- Disculpas aceptadas - les dije.

Nos quedamos un rato en silencio, hasta que decidí hablar.

- ¿Y? ¿Qué paso en la mansión? - les pregunté.

- Lo mismo de siempre - dijo Theo.

- Muy aburrido todo - agrego Tom.

- Se notaba tu ausencia - añadió por último Draco.

- ¿Así que me extrañaron? - pregunte levantando una ceja.

- Obvio que te extrañamos - me contesto Draco.

- No teníamos con quien cojer - agrego Mattheo con una sonrisita.

Lo miré con mala cara y le di un codazo antes de empezar a reír.
Pase el resto del día con ellos, mientras hablábamos y yo desempacaba.