PRÓLOGO

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Otra vez! - Gritó mi madre con un tono autoritario.

Me levanté con dificultad, tenía varios moretones nuevos encima de los viejos y estaba cansada. Pero ella nunca me dejaría descansar, no hasta que tumbe al hombre delante de mi.

El tenía dos metros de altura, se notaba que tenía un cuerpo bien entrenado y en su cara se podía apreciar una cicatriz que recorría la mitad de su (estúpida) cara. Este hombre, es el nuevo instructor que contrato mi madre para entrenarme.

Con las pruebas para el acceso a la U.A a la vuelta de la esquina, cada vez se notaba más ansiosa. Y eso dio paso a un nuevo y maldito instructor.

En estas clases se me prohibía el uso de mi Quirck, cosa que me complicaba mucho el derribar a ese pedazo de hierro. Cada vez que me acercaba recibía un golpe y con otro golpe mucho más fuerte que el anterior, me alejaba de el.

Y yo volvía a acercarme y el continuaba defendiéndose. Este ciclo se llevaba repitiendo por más de dos horas. Yo estaba soportando el dolor por casi todo mi cuerpo, mi respiración estaba agitada y no podía mas. Pero no deje que notase que me afecta, ya que esta situación se repetía inumerables veces con mi madre y sus clases. Y si mostraba cualquier signo de debilidad, no me esperaría nada bueno.

Tenía que derribar a ese hombre o sino mi madre me castigaría.

Me levanté del suelo y avanze hacia al hombre. El, acostumbrado de que lo atacará de frente, se preparó para defender. Yo intenté darle un puñetazo en la cara y el, con extrema facilidad, cogió mi puño, y luego se sorprendió.

Con mi puño en su mano, no dude en elevarme sobre este, y darle una patada en la espalda.

Por fin ! Lo conseguí !

Era la primera vez que lograba impactar un golpe y una sensación de satisfacción me lleno. Pero no duró nada. Mi patada no le hizo nada. Me dio tres golpes para recompensar me lo de la patada y luego me tiro cerca de mi madre, la cual no estaba muy feliz al ver mi intento fallido.

- Fin de la clase ! - dijo mirando al hombre, que de inmediato se retiró de la sala.

Avanzó unos pasos hacia mi, y yo me llene de miedo.

Mierda, he fallado.

Me intenté levantar antes de que mi madre llegará hacia mi pero después de un penoso intento de ponerme en pie, inmediatamente me derrumbe. Al parecer había llegado a mi límite.

De rodillas mire como mi madre se aproximaba. Ella al estar a un paso de distancia, cogió mi barbilla y la elevó, haciendo que mirara directamente a su cara. Ella estaba sonriendo con una sonrisa muy dulce.

- Ashley, cariño, sabes que así no serás una heroína, verdad?

Yo asentí sin pronunciar ni una palabra.

Dejo mi barbilla, y me dio una patada en la cara. Haciendo que caiga de lado y yo no mantuve ninguna posición de defensa. Sabía que si hacía eso, solo lo empeoraría.

Ella me golpeó varias veces y acabó con una gran patada que aterrizó directamente en mi estómago, impidiéndome respirar por un momento.

Cuando terminó, me ayudo a levantarme y me abrazó con mucha delicadeza.

- Sabes que todo esto es para cumplir tu sueño, a mamá también le duele pero es por tu bien, cariño.- dijo sin dejar de sonreír.

- Puedes retirarte a tu habitación, recuerda que en una hora, tienes clase con Leah.- dijo mientras me miraba a los ojos y le daba una acaricia a mi cara.

- Si, madre - respondí, con una mirada vacía.

Ella se retiró de la sala. Y yo, ignorando mis heridas, fui hacia mi habitación.

ASHLEY || BOKU NO HERO ACADEMIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora