Esta es solo una aventura más

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II Parte

No habían terminado de atravesar la barrera cuando se activaron las alarmas en todo el reino, pues nadie que no fuese del orden de los exploradores tenia autorización de salir de Phiria.

Lo primero que los recibió fuera de la barrera fue un mar de nubes que se encontraba por de bajo de aquella isla flotante, y un cielo no muy distinto al que veían todos los días. El aire de fuera sí que era distinto, no sabía con exactitud si era porque se sentía más denso, o el ligero olor a algo que no sabría cómo definir. Luego de apreciar aquel nuevo paisaje, se precipitaron directamente hacia el mar de nubes, y sin dudarlo las atravesaron.

El paisaje con el se toparon era sin duda hermoso. Ghidorah se sentía más libre que nunca, y Lizzie también. Una extensa masa de agua cristalina se hallaba debajo de ellos, rodeada por grandes montañas. Se fueron en picada hacia las montañas, volando entre ellas a gran velocidad, y de un momento a otro se abrió frente a ellos, un inmenso lago que sobrevolaron casi rozando la superficie.

Cuando estuvieron a punto de elevarse de nuevo, Ghidorah detectó algo dentro del agua, como si algo lo atrajera hacia el fondo. Lizzie intentó detenerlo, pero aquella atracción era más fuerte, así que sin vacilar, se elevó de espaldas al lago, giró, y se zambulló en él.


Por otra parte, una guarnición de 15 soldados fue enviada en busca de la persona que había atravesado la barrera sin autorización. A pesar de haber investigado y buscado al dragón que secuestrado, no encontraron que ningún dragón faltase, ni en los establos de los expedicionistas, ni en los establos de la zona de entrenamiento. Así que no tenían idea de quién había salido, ni cómo. El grupo de jinetes sobrevolaba sobre aquel paisaje montañoso, y cuando estuvieron a punto de cambiar el lugar de búsqueda, divisaron a un dragón saliendo del lago, con alguien sobre su lomo, que al parecer estaba inconsciente.

Enlazaron al dragón con extensiones de magia, lo que fue más fácil de lo que pensaban. No podían distinguir al jinete que llevaba, pues estaba cubierto con una capa.

Cuando se disponían a regresar se vieron rodeados por barcos que salieron de los laterales de las montañas, no los habían visto por un descuido, pues estaban concentrados en buscar al jinete y su dragón. Descuido que pagaron caro, pues eran barcos vikingos, que comenzaron a disparar hacia ellos. Derribando así a uno de sus compañeros, quien al instante se desintegró en una nube de polvo plateado, que desapareció en la superficie del lago. Para suerte, o desgracia, de aquel grupo aquello les sirvió como distracción para que pudieran huir.


Cuando Lizzie despertó, se encontraba en la cama de una celda. No sabía qué ocurrió luego de haber quedado inconsciente, pero era claro que habían sido capturados, sin embargo, no sabía por quien o quienes, lo que le generó un nudo en el estómago. La idea de haber sido capturados por humanos hizo que la angustia se instalará en su corazón, al pensar en lo que podrían hacerle a Ghidorah aquellas criaturas desalmadas.

No mucho tiempo después, un hombre se detuvo frente a ella con mirada una mirada intensa y recelosa, a su lado se detuvo nada más y nada menos que el rey y junto a él un soldado de la expedición. Sus rostros reflejaban odio, decepción y desconfianza. El miedo por lo que pudieran hacerle los humanos desapareció, solo para dar lugar a la preocupación de qué podrían hacerles ellos.

El rey y el soldado le explicaron que su dragón, aquel que debía de haber muerto hace mucho, había logrado encontrar un objeto mágico que se había perdido durante la guerra con los humanos. Así que no podían sacrificarlo. Y tampoco a ella, al ser la única descendiente de los Brooks, sin embargo, recibirían un castigo adecuado, por aquel acto tan imprudente que había causado la muerte de uno de los suyos y de su dragón, por la que se había ganado el desprecio de toda la orden de expedición.

Sabía que la muerte de aquel soldado había sido su culpa y aceptaría el castigo, como se debe.


Dos días después, durante la noche Lizzie se encontraba dormida en su casa y Ghidora estaba en los establos, lo que no le agrado en un principio ya que siempre había estado solo. Lo que nadie esperaba aquella noche era escuchar la alarma en toda la ciudad pues un misterioso incendio se había salido de control en la mansión de los Brooks, extendiéndose hasta los establos quemándo hasta los cimientos. 

El anuncio que fue dado por la mañana es que el dragón, Ghidora se había salido de control al tener que convivir repentinamente con otros dragones. Por desgracia al no poder controlarlo tuvieron que sacrificarlo en el proceso. Y Lizzie Brooks se vio atrapada en el incendio, no pudiendo salir a tiempo, para morir asfixiada. Por otra parte el resto de los dragones pudieron salir ilesos.

Luego de la repentida y devastadora muerte de la última entrenadora de dragones, se dio a conocer el hallazgo del objeto mágico extravido. Este objeto les ayudaría a salir de aquel aislamiento en medio del cielo para regresar a l tierra, por lo que, primero, ya no se necesitarían a los exploradores, por lo tanto, ya no necesitarían entrenar dragones; segundo la guerra contra los humanos podía darse por acabada teniendo en su posesión aquel objeto.



Lo que nadie sabía luego de aquel accidente, es que Lizzie y Ghidora realmente no se encontraban en la mansión aquella noche, ya que ella sabía que su dragón aún no estaba listo para convivir con otros dragones, así que se encontraban en aquella cueva donde escondió al dragón hace tantos años, cuya ubicación solo era conocida por ella.

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