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" El primer celo de Yeosang "

Voces escandalosas se escuchaban del piso de abajo, cuando logré despertarme, un fuerte olor a comida llegó a mis fosas nasales.

Con toda la pereza que tenía y el dolor de cabeza que me invadió por no haber dormido bien anoche, dí vuelta sobre mi vientre para ver que el azabache ya se había ido.

Suspirando bajé de mi cama y me puse la primera remera que encontré, que afortunadamente era de mangas largas y ocultaba a la perfección la marca, solo debía procurar que no se levantara porque no tenía ganas de maquillarla.

Fui a paso lento a la cocina, encontrando a Yunho, Wooyoung y Seonghwa preparando el almuerzo.

— Huele bien – me acerqué sigilosamente hacia más alto y lo abracé por detrás.

Y sin darme cuenta, me encontraba restregando mi cabeza en su espalda.

El mayor solo se rió y continuó con su labor.

— Hoy parece que es el día de llevar la ropa de otro – comentó el más bajo, mirándonos.

— ¿Ah? - pregunté saliendo de mi escondite.

— Yun está llevando el abrigo de San y tú la camisa de Woo, ¿No te diste cuenta? - dijo el mayor.

Me alejé para mirar con atención y era cierto. Aunque no podía importarme menos estando tan somnoliento, así que me encogí de hombros y volví a enredar mis brazos en el peliazul.

— Yeosangie así no puedo seguir cocinando... ¿Por qué no vas por San para que te ayude a poner la mesa – dijo el delta, a lo que asentí. Salí del lugar y traté de oler el característico aroma a pino fresco del mayor de los Choi, que encontré rápidamente como siempre lo hacía. El rubio para ser un beta tiene un aroma atrayente y marcado.

Me dejé guiar por el laberinto que tenemos por casa y lo encontré en su habitación durmiendo tan plácidamente que me dieron ganas de acostarme junto a él.

Dí los pasos que nos separaban, levanté las mantas y me acosté.


Fui sacudido levemente y gruñí por instinto

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Fui sacudido levemente y gruñí por instinto.

— Yeosang-ah, soy yo. Despierta y toma los supresores – escuché a Seonghwa decir y abrí mis ojos cuidadosamente.

Traté de tomar las pastillas pero un brazo me apresaba debajo de las cobijas. Volteé y era San, a quien le di caricias en la cabeza con una mano para que se relajara y con la otra acepté lo que el mayor ofrecía.

Vi como el más alto miraba disimuladamente mi muñeca.

— ¿Pasa algo, hyung? - pregunté. Estaba demasiado somnoliento para dar vueltas.

—No, nada- dijo yendo hacia la puerta - Les traeré la comida, no sería bueno que bajes estando en celo- dijo cerrando la puerta.

— Con que eso pasaba... Eso explica por qué estás tan cariñoso - habló el rubio, haciendo que pegue un respingo - Si quieres, le pediré a Yunho que cambie de cuarto contigo hasta que pase.

Acepté y volví a acurrucarme, siendo recibido por los brazos Choi.

Nos hubiéramos quedado así todo el día pero afortunada o desafortunadamente llegó mi mejor amigo, pellizcó a San, quién dio un salto en su lugar para luego soltarme. Logrando su cometido, el menor se fue sonriendo.

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