Prologo

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— ¡Nezuko! — una voz se escuchó desde lo lejos. Parecía ser demaciado chillona así que de inmediato supo de quién se trataba.

— ¡Hola Zenitsu! — saludo con una agradable sonrisa la pelinegra.

— Que bueno que terminaron las vacaciones de verano. ¡¡Así que por fin podré verte todo el año!!.

— Si, así también podré ver a todos...— al decir eso, la joven borró su sonrisa y bajo la mirada.

El rubio supo que aún seguía estando triste. Pero no quería tocar ese tema de nuevo.

— La extraño mucho Zenitsu.

— Yo también. Y también extraño a Tanjiro, aunque creo que no soy el único. Todos en el aula preguntan por el — dijo un poco nervioso.

— Mi hermano aún no está listo para venir otra vez. Lo siento.

— No debes de disculparte, sabes que no fue culpa de nadie y eso incluye a Tanjiro también.

— Creo que le haría bien una visita de todo el aula.

— No creo que sea buena idea.

— Opino lo mismo. Pero....una parte de mi me dice que debemos hacerlo. Al menos para animarlo.

— ¿Crees que funcione?. Eso fue hace cuatro meses.

— Lo se, pero no debemos rendirnos. No podemos dejar que mi hermano se hunda aún más.

La voz de la joven sonaba determinada. Pero su acompañante dudaba respecto a la idea, temía que Tanjiro se sintiera aún peor con ver sus caras.
Por algo había abandonado la escuela.

Mientras caminaban, ambos jóvenes por el extenso patio para cruzar hasta la entrada de la escuela.

Tanjiro quien estaba en su habitación se encontraba mirando su celular

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Tanjiro quien estaba en su habitación se encontraba mirando su celular. Con la mirada perdida el arrastraba su pulgar en la pantalla buscando con que entretenerse.
En ese momento, la madre del pelirrojo entro discretamente.

— ¿Tanjiro?.

El mencionado miro a su madre, dejando el teléfono en su cama.

— ¿Que pasa?.

— Te traje tu desayuno favorito.

— ¿Podrías dejarlo en la mesa?.

La mujer dejo el plato cerca de Tanjiro para que recordara que debía comer. Ella sabía perfectamente que su hijo no había comido bien durante un largo tiempo y estaba preocupada por eso.

— Tus hermanos te extrañan más Rokuta. Quiere verte.

— Lo siento mámá, es que aún no puedo.

— Entiendo. Te traeré la comida más tarde.

Ella salió de la habitación y cerró la puerta dejando a Tanjiro solo de nuevo.

Cuando Kie salió, toda la familia estaba esperando afuera. Un gran suspiro salió de la madre que rendida hablo.

— Todavía no quiere salir.

Todos dijeron con un tono desanimado. Sus hermanos quienes estaban tan preocupados de la situación de su hermano mayor decidieron actuar también.

— No te preocupes mamá, pronto saldrá — dijo Hanako intentando darle confianza a su madre.

— Eso espero. Deberíamos alejarnos para dejarlo en paz, seguramente está escuchando todo.

Una sonrisa se dibujo en el rostro de Kie.

Todos bajaron al primer piso para comenzar a hornear como era costumbre.
Todos sabían lo que le pasaba a Tanjiro, la muerte prematura de Kanao lo había destrozado. Y también le hizo abandonar a su familia y la escuela, todos en la familia querían tonta cartas en el asunto pero Tanjiro había formado barreras para que nadie las pasará.

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Tanjiro estaba recostado en su cama, mirando su galería. Había olvidado que tenía algunas fotos escondidas de ella y el. Deslizando la pantalla, una imagen se  presentó. La foto era de su primera cita, cuando visitaron el parque.

La sonrisa de Kanao era la que robaba la mirada del pelirrojo y eso le hacía querer llorar. Aún que pasó mucho tiempo aún seguía culpandose por no haber evitado su asesinato.

— ~Perdón Kanao~.

Disculpa tras disculpa, Tanjiro apagó el teléfono y lo alejo de el. Tratando de esconder su llanto secándose con su ropa miro el techo de su habitación.
Quedándose inmóvil y sintiendo como su respiración se agitaba.

Trataba de olvidar lo sucedido, mientras su mente seguía recordando una palabra tan simple pero dolorosa.

Asesino

La culpa lo invadía cada vez más. Quería morir por su sentir, había olvidado totalmente que el cumpla le no era el....sino el padre de Kanao.
Pero no podía quitar sus dudas, puesto que era posible que el padre de Kanao fue el quien movió los hilos pero no la mato directamente.

Y sobre todo que Shinobu la guardiana de Kanao, había sido despedida de su empleo y tambien se fue al extranjero a estudiar junto con su hermana.
Era como si la familia de Kanao hubiese desaparecido por completo.

Tanjiro sabía que Muzan había hecho todo para desaparecer y quitarse la culpa de lo que hizo.
Pero no podía hacer nada, siendo un simple panadero y su enemigo una persona de poder era prácticamente imposible que le dieran la razón.

Una tremenda impotencia se apoderaba dentro de Tanjiro.
La ira y la desesperación de que la justicia que tanto buscaba jamás llegaría le hacía enojar.
Pero también estaba su familia, si intentaba hacer algo todos sus seres queridos pagarían su insolencia.

 Pero también estaba su familia, si intentaba hacer algo todos sus seres queridos pagarían su insolencia

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El Callejón Del Beso (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora